Tadahiro Nomura se enfrenta al alemán Oliver Gussemberg.
ATENAS.- El judoca japonés Tadahiro Nomura, campeón en la categoría de menos de 60 kilos en Atenas, entró hoy en la leyenda con el hito histórico de haber ganado tres medallas de oro consecutivas.
Japón, cuna del judo, se afirma en Atenas como la gran potencia de este deporte, ya que a la gesta de Nomura se une el oro revalidado por su compatriota Ryoko Tani en la categoría de menos de 48 kilos.
Nomura, de 29 años, ha llegado a la cima del judo con quince combates ganados de forma ininterrumpida, que le han llevado a obtener el oro en Atlanta ’96, Sydney 2000 y hoy en Atenas.
Cuando el judoca nacido en Nara subió hoy a lo más alto del podio el pabellón ateniense Ano Liossia, tembló por la ovación de los cientos de japoneses que le tributaron el merecido homenaje.
Nomura se había deshecho antes del dominicano Modesto Lara, el alemán Oliver Gussemberg, el argentino Miguel Albarracín, el mongol Kashbaatar Tsgaanbaatar y en la gran final del georgiano Nestor Khergiani.
El judoca de 60 kilos y 164 centímetros de altura sólo ha podido ser una vez campeón del mundo, en 1997 en París, pero da lo mejor de sí mismo en los Juegos Olímpicos, que le despiden con los mejores honores.
Nomura es probable que ya no compita en Pekín 2008, pero su presencia está garantizada porque ya ha anunciado que cuando deje la competición quiere ser entrenador.
La también japonesa Ryoko Tani es la incontestable dominadora del peso pequeño del judo femenino (menos de 48 kilos). Hoy revalidó el oro que obtuvo en Sydney, pero ya fue bronce en Barcelona ’92 y también tercera en Atlanta ’96.
A las gestas olímpicas, Tani añade un impresionante palmarés de cinco títulos mundiales consecutivos desde 1993. Incluso dos años antes, en Barcelona, se llevó el bronce.
Tani ha demostrado, además, una gran capacidad de superación. El 13 de julio de 2001 sufrió una rotura de ligamentos cuando un compañero de la categoría superpesada le cayó encima, ella sólo pesa 48 kilos y mide 1,46 metros.
Con mucho sacrificio y paciencia logró recuperarse a tiempo para ganar en 2003 el mundial de Osaka en su país.
La judoca de 29 años nacida en Fukuoka y casada con un jugador del equipo olímpico de béisbol hoy dejó por el camino a la griega Maria Karagiannopoulou, la argelina Soraya Haddad, la rumana Alina Dumitru y en la final a la francesa Federique Jossinet.
La fiesta nipona fue completa en el pabellón de judo olímpico de Atenas, que seguro será escenario de más éxitos japoneses los próximos días.