Maradona en una foto de marzo de este año. (REUTERS)
BUENOS AIRES.- El ex futbolista argentino Diego Maradona rompió hoy un silencio de casi tres meses, en los que permaneció internado en una clínica psiquiátrica por su adicción a las drogas, para reclamar que la Justicia le otorgue permiso para viajar a Cuba y confesar, entre llantos: "estoy perdiendo por knock out".
En una entrevista concedida a un canal privado de la TV local, Maradona reivindicó: "tengo 43 años y el poder de decisión como para saber qué tengo que hacer con mi vida".
El ex astro calificó a la clínica Del Pilar, en la que está internado, como "una pocilga" no obstante agradeció que ese lugar le "salvó la vida", cuando tras una crisis pulmonar hace cuatro meses "un montón de clínicas cerraron sus puertas en la cara".
Pero sollozando, relató que sus días en la clínica psiquátrica transcurren "mirando televisión y nada más" y desmintió que esté siendo sometido a un tratamiento estricto por su adicción a la cocaína: "no hay tratamiento", dijo.
Maradona reconoció que tiene "miedo" a morirse e insistió en que en Cuba encuentra "la tranquilidad" que no halla en Buenos Aires.
"Acá no puedo salir a la calle tranquilo... salgo de la clínica acá y tengo periodistas; eso allá no me pasa, puedo caminar por el malecón, por donde sea. No es lo mismo que en Buenos Aires, ojalá pudiera hacer lo mismo acá", reflexionó.
Maradona reconoció pesar hoy "noventa y pico de kilos", muchos más de los 76 que lucía su físico cuando jugaba, pero menos de los casi 120 a los que llegó en el peor momento de su gordura.
Gordo, con una prominente papada y ataviado con un traje azul con finas líneas celestes, camisa del mismo color y corbata al tono, Maradona se mostró mucho más lúcido que en su anterior aparición televisiva, en el programa de la diva argentina Susana Giménez, tres meses atrás.
Cuando se le señaló esa circunstancia, el ex capitán del seleccionado argentino de fútbol admitió que por aquel entonces comenzó "a recorrer el camino de dejar de tomar" drogas.
"Empecé a limpiarme y hoy es otra cosa, es lo contrario... acepto mi enfermedad, lo acepto y como enfermo tienen que saber respetarme, pero hay periodistas que hacen un morbo de lo que yo reconozco", apuntó.
"Hace un tiempo largo que necesito trabajar, llenar mi cabeza de cosas, sentirme útil. Se lo pedí por favor al juez cuando me vino a ver y se me rió en la cara prácticamente", dijo el ex futbolista, al reconocer que económicamente no pasa por un buen momento, a tal punto que negó que pueda vivir el resto de sus días sin generar ingresos genuinos.
"No puedo sobrevivir sin trabajar", insistió el ex jugador, tras recordar que mantienen un conflicto de dinero con su ex amigo y apoderado Guillermo Cóppola.
"Me robó la plata de mis hijas. Yo puedo perdonar la plata que me robó a mí, pero no la de mis hijas. Me hago cargo de la plata que yo gasté, pero no de la que no gasté y Guillermo no me sabe decir dónde está", sintetizó.
Finalmente, reconoció que sigue enamorado de su ex esposa, Claudia Villafañe, de la que está separado desde hace unos cuatro años.
"Yo todavía no la terminé con Claudia. Lo terminó ella, con justa razón por un montón de cosas, pero yo no lo terminé. Mi único amor va a ser siempre Claudia. Hoy mi amor pasa sólo por mis dos hijas; no tengo otro amor, lo lamento porque se pierden a este bombón", dijo en uno de los pocos momentos distendidos y risueños del reportaje.
Esta tarde, Diego Armando volvió a pedir que lo dejen salir del país mediante una presentación judicial ante el Juzgado de Familia Número 2 de Morón.
El ex futbolista, que quiere continuar su tratamiento de adicción a las drogas en Cuba, continúa internado en la Clínica Privada del Parque en Ituzaingó -a la que ingresó el 9 de mayo- a la espera de una resolución de la Justicia.
Según el abogado de Diego, Héctor Leguizamón, la presentación constó de varios informes médicos donde se demuestra que Maradona está "lúcido y consciente". El letrado aseguró que "sería importante, aunque no fundamental, que la familia apruebe esta decisión de Diego".