TEHERAN/MUNICH.- El delantero del Bayern Munich Vahid Hashemian alegó esta noche una lesión de espalda para no viajar con su equipo a Israel, donde el club bávaro se enfrentará el miércoles al Maccabi de Tel Aviv, y evitará así un conflicto con las autoridades de su país.
"Tenía problemas desde el partido del sábado contra el Bielefeld, pero ahora son peores", explicó por su parte el entrenador del Bayern, Felix Magath.
Es evidente que a Hashemian, de 28 años, no le vino del todo mal esta lesión, ya que las autoridades deportivas de Irán habían advertido al delantero de que las leyes del país prohíben a todo iraní, deportistas incluidos, viajar a Israel.
"Las leyes prohíben a todo ciudadano iraní viajar a Israel. Eso incluye a deportistas y es indiferente si lo hacen como parte de un equipo o como individuos", señaló un portavoz iraní a la agencia de noticias IRNA. "Aquellos que no contemplen esta ley tendrán que asumir las consecuencias", advirtió.
El conjunto bávaro necesitaba especialmente al delantero iraní, ya que el paraguayo Roque Santa Cruz y el peruano Claudio Pizarro están también lesionados. Ahora el Bayern sólo cuenta con el holandés Roy Makaay como atacante con experiencia internacional.
Pizarro viajará a Tel Aviv, pese a que todavía no ha disputado ningún partido desde que en julio en la Copa América sufriera una fisura de cráneo. "Yo viajo. Pero no sé si jugaré", apuntó el sudamericano. Por su parte, Santa Cruz estará varias semanas de baja, tras una operación de menisco.
Magath aseguró el domingo que Hashemian había aclarado el asunto con la Federación de Fútbol de Irán (FFI) y que viajaría a Israel. El organismo federativo todavía no ha dado ninguna comunicación oficial al respecto.
Los atletas iraníes se han negado en repetidas ocasiones a competir con rivales israelíes en encuentros internacionales. El último ejemplo de ello fue en los Juegos Olímpicos de Atenas, en agosto, cuando el judoca Arash Miresmaeili aumentó su peso antes de una pelea para evitar una sanción por negarse a combatir ante el israelí Ehud Vaks. Fue recompensado por ello con los 120.000 dólares de premio otorgado a los ganadores de medallas de oro para Irán.
Si Hashemian, que no quiso realizar ninguna declaración al respecto, hubiera viajado a Israel, habría sido el primer iraní musulmán en hacerlo desde la revolución islámica en Irán en 1979.
