HOUSTON.- "No tengo dudas: la Davis", contesta el español Carlos Moyá a la pregunta de qué prefiere ganar, si la Copa Masters en Houston o la final de la Copa Davis, en Sevilla.
"Mis dos objetivos para este año eran llegar aquí a la Copa Masters y ganar la Copa Davis. Y pienso que estoy cerca de que se cumplan ambos, por lo que ha sido un año maravilloso hasta ahora", dijo el mallorquín, que debutará en Houston ante el australiano Lleyton Hewitt, el lunes (07:00 local, 01:00 GMT del martes).
Consultado por dpa sobre qué prefería a la hora de elegir, ganar el torneo de "maestros" o festejar el primer fin de semana de diciembre una victoria sobre Estados Unidos en Sevilla, Moyá no lo pensó un segundo: "La Davis", respondió.
Es que el español tiene la Copa Davis entre ceja y ceja, desde que una racha de lesiones lo dejara fuera justo cuando España obtuvo su única ensaladera, en 2000, al vencer en la final a Australia en Barcelona.
Moyá no juega en el circuito desde la victoria de España en semifinales de la Davis ante Francia, en septiembre, cuando perdió su partido de individuales ante Paul-Henri Mathieu. Una molestia en su hombro derecho y el cansancio de una larga temporada motivaron su alejamiento de los canchas. Así como su deseo de llegar lo mejor posible a los dos desafíos que le quedan en pie en este 2004.
"Estoy perfecto, sin ningún problema. Estoy listo para esto, más allá de que me pueda faltar un poco de ritmo competitivo", señaló Moyá, ganador esta temporada de los torneos de Chennai, Acapulco y el Masters Series de Roma, todos ellos en la primera mitad del año.
"El primer semestre fue excelente. El segundo no fue tan bueno, en parte debido a mi problema en el hombro, pero eso ya quedó atrás", explicó Moyá, que clasificó a Houston como número 5 en la Carrera de Campeones de la ATP y que este año tiene un récord de 56 victorias y 17 derrotas.
Su primer escollo en Houston no será sencillo: Hewitt viene en ascenso, pareciéndose cada vez más a aquel joven "de hielo" cuyo juego le encumbró al número uno del mundo y le hizo levantar el trofeo de la Copa Masters en dos oportunidades (2001 y 2002).
"Es un jugador tremendo. El año pasado tuvo algunas dificultades, pero ya está de regreso, es el número tres del mundo. Ha demostrado ser un excelente jugador", reconoció el mallorquín, sobre su rival, vencedor esta temporada de los certámenes de Sydney (venció a Moyá en la final), Rotterdam, Washington y Long Island.
En enfrentamientos directos, están igualados en cinco victorias cada uno, aunque las últimas tres fueron para el australiano. "Mi récord contra él no es malo, por lo que trataré de sacar ventaja de ello, se esperanzó el español.
De los ocho tenistas que pelearán por el título en Houston, Moyá, de 28 años, es el más experimentado en esta clase de certámenes: juega su quinto torneo de "maestros" y el tercero consecutivo, con dos semifinales sobre sus espaldas y una final, la de Hannover 98, que perdió en un memorable partido a cinco sets ante su compatriota Alex Corretja, el mismo año en que ganó Roland Garros y fue primera raqueta del ranking.
Esta vez, Moyá tendrá como rivales en el Grupo Rojo, además de Hewitt, a otro ganador del Abierto de Francia, el argentino Gastón Gaudio, y al casi "invencible" suizo Roger Federer, el número uno del mundo. "Creo que él está un escalón por encima de todos nosotros", admite.
Pero mientras espera la hora de salir a la pista central del Westside Tennis Club, Moyá se remite una y otra vez a su obsesión, ganar la Copa Davis. "El mejor momento que viví en una cancha de tenis en toda mi carrera fue cuando vencí a Gaudio en la semifinal de la Davis 2003. Fue una sensación diferente que me puso los pelos de punta", recuerda.
