
Robert Hoyzer
BERLIN.- El caso de corrupción arbitral que sacude Alemania entró en una nueva dimensión, luego que un implicado confesara el cobro de 50.000 euros por manipular tres partidos, pagados por una mafia croata, así como la intervención de otros colegas y jugadores.
Robert Hoyzer, el árbitro de 25 años que causó el revuelo, admitió ante la fiscalía haber ganado la mencionada cantidad y haber presenciado pagos parecidos a otros colegas, según informa en su edición del sábado el diario
Súddeutsche Zeitung.
El árbitro confirmó también haber recibido dinero de miembros de una mafia croata, que según otros medios alemanes tiene su centro de operaciones en un bar de Berlín, registrado hoy por la fiscalía.
El caso de corrupción ha sacudido tanto al mundo futbolístico como al político, mientras crece el temor de que sus repercusiones dañen la imagen de Alemania como organizadora del Mundial 2006.
El gobierno del canciller Gerhard Schroeder pidió hoy el esclarecimiento "sin paliativos y hasta sus últimas consecuencias" del caso, cuestión a la que se ha añadido la oposición conservadora.
El guardameta de la selección alemana y del Bayern de Múnich, Oliver Kahn, calificó el escándalo de "patada en el trasero al fútbol", mientras la Federación Alemana (DFB) pide la colaboración los aficionados y los clubes para desenmascarar otros posibles involucrados.
El caso de Hoyzer llevaba una semana acaparando titulares en la prensa y abriendo informativos, hasta que el propio árbitro admitió ayer, por escrito, las inculpaciones de manipulación de partidos.
Hoyzer, que entretanto dimitió a su condición de árbitro, se puso a disposición de la fiscalía de Berlín para la investigación de otros casos.
Todo empezó al revelarse que el árbitro manipuló el partido de la Copa de Alemania entre el SC Paderborn y el Hamburgo a favor del primero, sobre el que había hecho una fuerte apuesta.
Hoyzer pitó dos penales, uno de ellos claramente inexistente, y expulsó al delantero hamburgués Emile Mpenza. El partido terminó con un 4-2 a favor del Padeborn, de la segunda división.
La agencia de apuestas Oddset, que había informado a la DFB de esas sospechosas apuestas, interpuso entretanto una demanda contra el árbitro por estafa.
Más allá de las consecuencias para Hoyzer, preocupa la extensión del caso. "En los últimos días, una de cada dos llamadas de la FIFA empezó con las palabras: ¿qué pasa ahí con ustedes?", confesó el vicepresidente del comité organizador del Mundial 2006, Wolfgang Niersbach.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha expresado su "estupefacción" por el caso y exigió una rápida actuación al respecto de la federación germana.