MADRID.- La cercanía del Tour de Francia, que dará comienzo el 2 de julio, parece haber revuelto la sangre en el pelotón con algunos casos de altos niveles de hematocrito que han causado el desconcierto en las filas de algunos equipos, como el Liberty español, que perdió a un corredor por este motivo en vísperas del Giro, el portugués Ribeiro, y en la Dauphiné a Isidro Nozal.
Nozal, revelación en la Vuelta a España 2003 con su segundo puesto en la general, volvió a dar otro quebradero de cabeza a su director, Manolo Saiz, con un resultado de 52, sobre el 50 permitido, en un control de hematócrito. El corredor cántabro no tomó la salida en la Dauphiné, como el italiano del Lampre Michele Scotto.
El corredor, de 27 años, pasará hoy pruebas médicas en Valencia para tratar de probar su inocencia. Mientras, sospechas de consumo de EPO, separación del equipo y 15 días sin licencia por razones de salud. Nozal, separado del equipo, repite el episodio que protagonizó el portugués Nuno Ribeiro en la víspera el Giro.
En el seno del equipo heredero del ONCE existe la lógica preocupación mientras los corredores se baten en la Dauphiné Liberé con la mente puesta en el Tour. El Consejo de administración prepara una inminente reunión para tomar medidas ante una situación que ponen la imagen de la firma en situación comprometida.
El Tour de Francia, en palabras de su director, Jean Marie Leblanc, recordó recientemente, tras el reconocido positivo del holandés Marc Lotz por EPO, la idea de "tolerancia cero", de acuerdo con la carta ética firmada por todos los equipos, que enseguida se quitan la sombra de duda rescindiendo el contrato del corredor hasta aclarar el correspondiente caso.
Nozal, según contó Saiz, su padre deportivo, se hizo análisis en un hospital de Oviedo el día 1 de junio que arrojaron una tasa de hematócrito de 46 %, registro que se repitió con la máquina del equipo, calibrada al alza. Pero la UCI no entiende de pruebas anteriores a la de la mañana del domingo día 5, y lo que su máquina reflejó fue un 52 por ciento.
Se repitió la reciente historia de Ribeiro, vencedor de la Vuelta a Portugal en 2003. Un hematócrito casi idéntico al de Nozal dejó a su equipo con un hombre menos en el Giro. Más tarde, el corredor anunció desde su país que las pruebas a las que se sometió habían dado negativo, igual que las que pasó antes de que llegara la UCI con sus aparatos.
El Consejo de administración de Liberty está decidido a sacar conclusiones tras los últimos casos a tomar medidas si son necesarias. Mientras, Saiz y sus hombres apuntalan al equipo para intentar asaltar en el Tour el reinado del estadounidense Lance Armstrong.
Los "sustos" recientes que han sacudido la tranquilidad de Saiz no son tampoco los primeros en la materia, aunque conviene precisar que ni Ribeiro ni Nozal han dado positivo en controles antidopaje. El italiano Giampaolo Caruso, en tiempos del ONCE, dio positivo por nandrolona cuando ganó la 5a etapa del Tour Down Under, en Australia.
Y dentro de la plantilla actual, David Etxebarría, cuando militaba en el Euskaltel, fue apartado de la Bicicleta Vasca por idéntico motivo que Ribeiro y Nozal.
Según los reglamentos de la Unión Ciclista Internacional (UCI), un ciclista con una tasa de hematócrito superior al 50 por ciento deja entrever el consumo de EPO, lo que le descarta de una competición.
La cercanía del Tour y su ilusión por llegar a Francia lo mejor preparado posible, fue el argumento que utilizo el holandés Marc Lotz, del Quick Step, para justificar su positivo por EPO, resultado que admitió y reconoció sin excusa alguna. Pidió perdón y asumirá sus responsabilidades.
El alemán Danilo Hondo, del Gerolsteiner, fue sancionado con un año de inhabilitación por la Federación suiza tras haber dado positivo en un control antidopaje realizado en la Vuelta a Murcia, el pasado mes de marzo. El estimulante "carphedon" tuvo la culpa.