
SEVILLA.- El Sevilla celebró el partido de su centenario a lo grande y estuvo muy cerca de derrotar a Brasil, aunque al final se quedó con un empate 1-1 que le supo a gloria.
Brasil, que venía de aplastar por 5-0 a Chile en las Eliminatorias, pisó el campo sevillano con toda su constelación de estrellas, a excepción de Ronaldo, quien se marchó a Madrid para sanar sus dolencias musculares. Pero en el Sánchez Pizjuán estuvieron Roberto Carlos, Emerson, Kaká, Ronaldinho, Robinho y Adriano.
El Sevilla plantó cara a su rival y su inferioridad técnica la suplió con enormes dosis de entusiasmo y un gran despliegue físico. Además, Brasil, sin una gran motivación, jugó relajado y dejó hacer a su contrincante.
Brasil apenas tardó tres minutos en generar su primera ocasión, cuando Kaká envió un excelente pase a Adriano, quien mandó fuera el balón. La selección de Carlos Parreira hace ocasiones aún jugando a medio gas.
El Sevilla no se arrugó y buscó continuamente al argentino Javier Saviola, quien se tomó el encuentro muy en serio. Y suya fue una excelente ocasión a los 33 minutos, cuando disparó de primera tras recibir de Jesús Navas, obligando a intervenir a Dida.
A pesar del lamentable estado del césped, lleno de agujeros, los dos equipos agradaron en la primera parte, aunque el marcador no se movió.
En la segunda mitad, Parreira cambió a la mayor parte de sus estrellas y saltó a la cancha Julio Baptista, cuyas intervenciones fueron silbadas por la hinchada sevillista, que no le perdona su traspaso al Real Madrid.
Brasil aumentó la intensidad, especialmente porque sus suplentes quisieron demostrar que buscan un sitio en su selección. Pero enfrente se encontró con Navas, el gran motor del Sevilla, quien demostró que es una de las grandes promesas del fútbol español.
El gol de Sevilla nació de las botas del pequeño atacante sevillista, en el minuto 54. Navas dirigió un gran contraataque y mandó un balón largo sobre la carrera de Kanouté, quien disparó raso y Dida se tragó el disparo. Y el Sánchez Pizjuán explotó de alegría.
Brasil, herido en su orgullo, intentó reaccionar, y el encuentro dejó de ser amistoso. La selección "canarinha" salvó el empate a cinco minutos del final, cuando Adriano envió un centro desde la izquierda y tras un rechace, que se fue al palo, el defensor sevillista Pablo Alfaro marcó en su propia portería. Este gol acabó por cerrar el empate en la fiesta del sevillismo.