DETROIT.- Son los tipos en blanco y negro. No es necesario saber su nombre... a menos que se equivoquen en una jugada.
Si eso ocurre, todo mundo averigua quiénes son esos árbitros de la NFL. Criticados y vilipendiados, como los árbitros de fútbol, se pone en tela de juicio su salud mental y su vista. Y últimamente los nombres de muchos han salido a colación.
En una postemporada llena de decisiones cuestionables por parte de los jueces, el árbitro Bill Leavy y sus oficiales estarán bajo un escrutinio más intenso que nunca cuando Pittsburgh enfrente a Seattle el domingo en el Super Bowl XL.
"Lo que queremos es tomar el periódico el lunes y leer sobre el partido, no sobre los árbitros", dijo Mike Pereira, supervisor de los jueces de la NFL. "Todos queremos ser anónimos", agregó.
En ocasiones eso puede ser difícil. Con más de 130 millones de televidentes del Super Bowl, una decisión equivocada del arbitraje puede provocar indignación.
"La perfección no existe. Hay errores", dijo el miércoles Jerry Markbreit, la única persona que ha sido árbitro principal en cuatro Super Bowls. "Los árbitros son muy duros con ellos mismos. Cuando cometen un error, nadie se siente peor que ellos", asegura.
Pete Morelli y su equipo de siete hombres se dieron cuenta de eso por experiencia propia el mes pasado cuando se encargaron del arbitraje del playoff Indianápolis-Pittsburgh.
Morelli anuló una intercepción del safety Troy Polamalu de los Steelers después de ver la repetición en video en la parte final del partido, y eso casi les costó la victoria. Sin embargo, Pittsburgh se mantuvo firme para ganar 21-18.
Posteriormente, el linebacker Joey Porter dijo que las autoridades intentaron robarles el triunfo, y la NFL reconoció, como casi nunca lo hace, que el juez se había equivocado.
Unos días después, una piedra desbarató un cristal de la fachada de la casa de Morelli en Stockton, California. La policía dijo que no estaba claro si el acto vandálico estaba relacionado con su trabajo escolar o con su papel como árbitro.
En el triunfo de Denver por 27-13 sobre Nueva Inglaterra el 16 de enero, se preparó el terreno para el primer touchdown de los Broncos después de que se marcó una interferencia sobre Asante Samuel en la zona de anotación tras un pase de 39 yardas.
La repetición de la jugada mostró que había habido un contacto normal entre ambos jugadores, y el entrenador de los Patriotas, Bill Belichick, se puso furioso.
"Realmente no me quejo mucho de los árbitros", dijo el cornerback Andre Dyson de Seattle. "Todos somos humanos. Ellos no ven la repetición instantánea de cada jugada. Lo más importante es que no tomen una decisión crucial que modifique el desenlace del partido", dijo.
