
DUSSELDORF.- El tenista chileno Fernando González, 9° del mundo, es desde hace años uno de los jugadores más sólidos sobre tierra batida, considerado siempre uno de los "tapados", uno de esos jugadores que sin ser los grandes favoritos, pueden llegar a dar la sorpresa en Roland Garros. Este año será así de nuevo.
"Voy a París con mucha tranquilidad y confianza", aseguró González en una entrevista con la agencia
DPA. Agregó que quiere confirmar en el segundo Grand Slam del año lo mostrado en la temporada de arcilla.
Y es que esta temporada lo avalan las semifinales sobre arcilla en el Masters Series de Montecarlo y en Viña del Mar y los cuartos de final en Roma, así como las buenas actuaciones esta semana en la Copa Mundial de Equipos con Chile, junto a Nicolás Massú, el eterno compañero de equipo con el que ganó la medalla de oro olímpica en Atenas.
Tiene cinco actuaciones en Roland Garros a cuestas. Su mejor resultado fue cuartos de final en 2003 y el peor un año después, al ser eliminado en primera ronda por el alemán Florian Mayer. Esta vez las expectativas vuelven a ser grandes:
-¿Se acuerda de Florian Mayer? ¿Sigue siendo una pesadilla que teme vuelva a suceder?
"¡Cómo no me voy a acordar! Había ido muy bien a París. Con muchas ilusiones. Y me toca con él, que venía de la "qualy" (la ronda de clasificación al cuadro principal). Empezó a ganarme, yo no entendía nada. Me compliqué más porque no me salía nada, todo mal, y me empecé a preguntar cómo puede ser que no pueda ganar. Pero es así, eso es tenis. Hay días en que se pierden hasta los partidos que uno cree que puede ganar".
-¿Y este año cómo encara el gran desafío?
"Este año vengo bien, tal vez igual que en 2003, mi mejor año, cuando llegué a cuartos (perdió entonces con Juan Carlos Ferrero, que después ganó el torneo). Los dos años después (en 2004 perdió en primera con Mayer y en 2005 en tercera con Roger Federer) ya no estaba tal como quería. Pero esta vez sí, llego igual de bien, con mucha ilusión, tal como me gustaría llegar siempre, con buenos resultados, que son los que dan confianza".
-Y con el empujón que da estrenar nuevo entrenador. Desde esta semana trabaja con Larry Stefanky.
"Sí, claro. Empieza una nueva etapa. El tiempo es corto para cambiar mucho de cara a París. Pero las primeros trabajos nos dimos cuenta que queremos lo mismo. Se trata de mejorar en algunos aspectos puntuales. La base está, falta afinar algunas cosas".
-¿Y la molestia en el muslo derecho que se hizo sentir en Düsseldorf?
"No, nada preocupante. Por ahora. Es cierto que siento un endurecimiento en el músculo, pero no creo vaya a ser un problema para París".
-¿No es agotador jugar tantos partidos en la Copa del Mundo, sobre todo si disputan la final el sábado?
"No, aquí siempre nos fue bien. Sirve para ganar confianza. Los partidos son relativamente cortos, con días de descanso entremedio. Pero a la Copa Mundial vamos siempre con mucho orgullo, con muchas ganas de ganar y salir campeones. Es una cuestión de actitud".
-Hace tiempo que es considerado como uno de los que puede estar entre los mejores, ¿qué le falta para ganar uno de los grandes torneos?
"Sin duda consistencia en el juego. Mantener cierto nivel durante varios días. París es un torneo largo, cansador, y si uno tiene partidos largos, esforzados, el primer fin de semana te pasa la cuenta. Hay que mantener la calma, tener mucha tranquilidad, es algo fundamental".
-En los últimos años no tuvo mucha suerte en el sorteo de París...
"No, la verdad que no, sobre todo el año pasado, fue bastante complicado. Eso influye. Pero qué se le va a hacer. El sorteo es cuestión de que alguien mete la mano en la bolsa, saca tu nombre y ahí estás. No puedes elegir. Por eso no me gusta especular de antemano. Pero además esta vez la situación va a ser mejor, porque estoy más arriba en el ranking, es decir estaré mejor ubicado en el cuadro de los preclasificados. Eso ayuda. Y después veremos. Pero voy con mucha tranquilidad, con mucha confianza".