MONTECARLO.- El jamaicano Asafa Powell, el ser humano más rápido del planeta (9.77 en 100 metros), y su ex compatriota -estadounidense desde 2002- Sanya Richards, doble vencedora en la Copa del Mundo (200 y 400) y líder del ránking de la IAAF, han sido elegidos mejores atletas mundiales del año 2006.
El galardón rebasa en esta ocasión el aspecto puramente honorífico ya que la IAAF le ha puesto como aderezo crematístico un cheque de 100.000 dólares para cada uno.
Powell y Richards interpretaron los papeles estelares en la Gala del Atletismo Mundial, celebrada, precisamente, en el Salón de las Estrellas del Sporting Club de Montecarlo, que congregó a los atletas más sobresalientes del año, entre ellos el español Francisco "Paquillo" Fernández, campeón de Europa de 20 km. marcha.
La elección de Powell parecía segura después de haber igualado dos veces este año su récord mundial, que todavía comparte con el estadounidense Justin Gatlin pese a que éste, campeón olímpico y dos veces mundial, consiguió el suyo dos meses después de haber dado positivo en un control de dopaje en su país.
"Ha sido una temporada maravillosa, pero cuando vuelva a Jamaica no habrá fiesta. Tengo mucho trabajo por hacer", comentó Powell, que eligió la carrera de Zúrich, donde por segunda vez igualó su récord, como su mejor recuerdo del año.
La trayectoria de Powell durante 2006 no admite parangón con la de ningún otro velocista en toda la historia: 22 victorias consecutivas, dos récords mundiales igualados y 12 marcas inferiores a los 10 segundos antes de sufrir en Yokohama su único desliz del año, al ser descalificado por una segunda salida falsa.
A diez días de cumplir los 24 años, y con su gran adversario (Gatlin) apartado de la escena para purgar sus culpas, Powell, amante de la guitarra y de la percusión, afronta el año mundialista entrante y el posterior olímpico en una situación realmente confortable, sin depredadores a la vista.
El escándalo protagonizado por Justin Gatlin engrandece la figura de Asafa Powell como depositario del récord legítimo del hectómetro. Lo tenía desde el 14 de junio de 2005 cuando en Atenas paró el cronómetro en 9.77, pero esta temporada ha vuelto a ser exactamente tan rápido y por partida doble: el 11 de junio en Gateshead (Gran Bretaña) y el 18 de agosto en Zúrich (Suiza).
Para la concesión del premio al mejor del año Powell competía con el lituano Virgilijus Alekna, campeón mundial y europeo de lanzamiento de disco, y el chino Liu Xiang, plusmarquista mundial de 110 metros vallas (12.88).
La designación de mejor atleta femenina no estaba tan clara, pero en un año sin más competición universal que la Copa del Mundo de Atenas, el Consejo Directivo de la IAAF, que se reservaba la última palabra, quiso distinguir a una atleta que en dicho torneo ganó los 200 y los 400, y en esta última distancia con un nuevo récord de los Estados Unidos (48.70) que la sitúa sexta en la lista de todos los tiempos.
A la ceremonia de su entronización asistió una cuatrocentista de excepción, la alemana Marita Koch, cuyo registro de 47.60, conseguido en la Copa del Mundo de Camberra’85 con el equipo de la extinta Alemania oriental permanece intacto desde hace 21 años.
"El récord mundial es mi gran objetivo para las dos próximas temporadas. Mi récord nacional (48.70, batido después de 22 años) ha sido la guinda a una temporada increíble, pero todavía no tengo ningún título y voy a por el récord mundial", afirmó Richards, para quien su mejor momento del año fue el Gran Premio de Berlín.
Aspiraban también al premio femenino la etíope Meseret Defar, plusmarquista mundial de 5.000 metros (14:24.53) y la jamaicana Sherone Simpson, vencedora de los 100 metros en la Copa del Mundo con 10.89.
Powell y Richards suceden, respectivamente, en el historial del galardón al etíope Kenenisa Bekele y a la rusa Yelena Isinbayeva, que habían sido los mejores del mundo los dos años anteriores.
Durante la Gala, presidida por el príncipe Alberto, se premió también la trayectoria de tres atletas ya legendarios: el marroquí Hicham El Guerruj, la búlgara Stefka Kostadinova y el checo Jan Zelezny. Los tres están ya retirados pero conservan sus récords mundiales: El Guerruj tiene el de 1.500 y la milla, Kostadinova el de altura al aire libre y Zelezny el de jabalina.
El estonio Margus Hunt, plusmarquista mundial júnior de disco, recibió el premio a la estrella emergente, y el etíope Woldemeskel Kostre, entrenador de Kenenisa Bekele, el de mejor técnico del año.
