MELBOURNE.- Lo primero que hizo el estadounidense Andy Roddick tras ser vapuleado por el suizo Roger Federer en las semifinales del Abierto de Australia fue aceptar la cerveza que su técnico, el legendario Jimmy Connors le ofreció.
Luego tuvo que admitir que su actuación en la conferencia de prensa había sido mejor que su esfuerzo en la pista. "Mierda, hay un ránking también para eso", dijo el americano cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con ello.
Roddick dijo que dormiría bien o no, dependiendo "de cuánto beba esta noche", y prometió que mañana no leería la sección de deportes, cosa que ha hecho todos los días de su vida. Quizás para no ver los titulares, pero él mismo los facilitó. "Ha sido frustrante, miserable, una mierda. Fue terrible, aparte de eso, estuvo bien", dijo el de Omaha.
"Tendré que hacer algo nuevo para no leer la sección de deportes, colocar un gran vaso de café por ahí", bromeó.
"Voy a intentar aceptar esto, como un hombre, lo mejor que pueda", dijo. "El jugó mucho mejor que yo esta noche, me destrozó", dijo Roddick al que quizás no le hubiera gustado comparecer luego en la conferencia de prensa. "Si no lo hacía habría sido sancionado con 20 de los grandes, no era una cuestión de dinero, que no me importa, sería como salir corriendo y no afrontar la situación y mi padre no me enseñó eso".