CONCEPCIÓN.- Había revolución en las cajas de apuestas de Mediocamino para la segunda carrera, un condicional no ganadores reservado para machos de dos años.
En el listado de inscritos figuraba nada menos que Transantiago. Sí. El mismo caballito que fue bautizado con el nombre del polémico servicio de transporte en la capital y que anduvo igual que su homónimo en las pistas de Santiago: a los tumbos. O sea, no sólo salía de perdedor en todas las pruebas, sino que además lo hacía siempre en los últimos lugares. ¿Qué culpa tiene el pobre de llamarse así?
Por eso, la expectación era grande en la caja de apuestas. El ejemplar, proveniente del Club Hípico de Santiago y fuente de inspiración de los medios capitalinos para alimentar la mofa hacia el ensortijado servicio de locomoción colectiva, hizo su esperado estreno en la arena de Avenida Colón. Pero no hubo ningún milagro. Finalizó 10 entre doce ejemplares inscritos, a 20 cuerpos y medio del ganador, Pride Rock.
Claro que el hijo de Molto Vivace y Weenona, con la fusta de Juan Fica, se vio envuelto en un confuso incidente a la salida del partidor, situación que su preparador Héctor Espinoza aclaró una vez finalizada la carrera: “Le pegaron su empellón cuando salió del partidor y después ya no se pudo recuperar, así que esta carrera no hay que tomarla en cuenta. ¿Si fue intencional? Nooo... Mala suerte no más”.
El preparador de Mediocamino reconoce que “este caballito tiene buenas condiciones y puede dar que hablar acá en Mediocamino”.
También explica la razón de la llegada del ejemplar a Concepción. "¿Por qué se vino? Lo que pasa es que yo preparo otros ejemplares de su dueño y me lo encargó con la esperanza de que compitiendo a un nivel menos exigente que el de la capital pudiera tener alguna opción. ¿Si le tengo fe? Claro. Tiene hartas condiciones. Lamentablemente tuvo mala fortuna en esta carrera, pero sé que para las próximas andará mejor”.
Ojo, que en las apuestas no anduvo mal. Fue el quinto preferido en caja con un dividendo de 15 pesos. Así que a Transantiago hay que darle tiempo.