En la fecha 34° de la Liga española, Real Madrid visitará al Zaragoza del atacante chileno Humberto Suazo.
APMADRID.- Dolió y mucho...La derrota ante Barcelona caló hondo al interior de Real Madrid, algo que no estaba presupuestado ni mucho menos dejar el liderato del campeonato español.
Sin embargo, los dirigidos del técnico chileno Manuel Pellegrini quieren dar vuelta rápidamente la página y centrarse en los siete partidos que restan para el término de torneo 2009-2010.
En el Madrid se maneja que al aún le queda una carta, un calendario más favorable y más descargado que el del elenco catalán, para darle un vuelco a la Liga, pero todo pasa porque los de Pellegrini sumen los 21 puntos que todavía están en juego.
Sostienen que la situación es radicalmente distinta al día después del 2-6 de la campaña pasada. El potencial del equipo es muy superior, la distancia es mucho más corta (tres puntos frente a siete del año pasado), quedan más jornadas de Liga (siete frente a cuatro) y el Barcelona se enfrenta a un calendario más complicado, con tres salidas muy complejas: a Sevilla, con un equipo en franca mejoría y jugándose la Champions; ante el Villarreal, que por primera vez en la temporada se ve en puestos europeos y se aferrará a ellos, y ante el Espanyol, con lo que tienen de impredecible los clásicos.
Además, en plena pelea liguera deberá enfrentarse al Inter de Milán en semifinales, desgaste adicional que también juega a favor de Real Madrid.
Sin embargo, en el club blanco son conscientes de que para estirar la pelea hasta el final será preciso rearmar psicológicamente al vestuario, porque el problema no es tanto que el Barça coseche dos empates como que el Madrid se caiga anímicamente y no sea capaz de sumar los 21 puntos que aún le quedan por disputar.
Es más, como dato a consignar, en la fecha 34° los de Pellegrini visitarán al Zaragoza, conjunto donde milita el atacante nacional Humberto Suazo. Claramente un duelo que podría sellar la suerte del futuro madridista.
Por ahora, el Real no se rinde y aún sueña con la copa. Sin duda un desenlace imperdible.