Cancellara había ganado la semana pasada la Vuleta a Flandes y llega como favorito a la ''clásica''.
EFEROUBAIX, Francia.- El suizo Fabian Cancelllara (RadioShack) ganó por tercera vez la carrera ciclista París-Roubaix, al término de los 254 kilómetros de la "reina de las clásicas", ganando en un sprint al belga Sep Vanmarcke.
Cancellara ya se había impuesto en 2006 y en 2010 en la pista del velódromo de la ciudad del norte de Francia. "Al final fue como una lotería", reconoció Cancellara respecto al sprint que ganó a su compañero de escapada.
El suizo, de 32 años, justificó su papel de favorito en esta 111ª edición, la más rápida de la época moderna, a casi 44 km/h de promedio.
El dúo de cabeza se destacó en el último sector difícil, el Carrefour de l'Arbre, donde sus otros dos compañeros del grupo que lideraba, el belga Stijn Vandenbergh y el checo Zdenek Stybar, se vieron molestados por la presencia de espectadores.
Antes del sprint, Cancellara intentó sorprender a su compañero en un falso llano sin llegar a dejar atrás al belga.
El suizo, vencedor el domingo pasado en la Vuelta a Flandes, firmó por segunda vez, igual que en 2010, el doblete de las dos grandes clásicas de rutas empedradas, conocidas en Francia como "pavés".
En el palmarés, el campeón olímpico de la contrarreloj de 2008 está a una sola victoria del récord de cuatro triunfos en poder de los belgas Roger De Vlaeminck y Tom Boonen, este último ausente el domingo en la París-Roubaix tras su caída de la semana pasada.
En la lucha por la tercera plaza, el campeón de Holanda, Niki Terpstra, ganó al belga Greg Van Avermaet (4º) y al francés Damien Gaudin (5º), medio minuto después de la llegada de los dos primeros.
A 39 segundos del vencedor entró un grupo de tres corredores, entre ellos el español Juan Antonio Flecha, que quedó en octava posición en la clasificación final.
Cancellara se quedó tumbado varios minutos sobre el césped, tras cruzar la meta, para recuperarse del esfuerzo realizado.
"Nunca he conocido una situación tan dura como la de hoy", declaró el vencedor. "En muchos momentos, pensé que había terminado todo para mí, pero me dije 'Roubaix nunca está terminado, la guerra nunca se termina'. Todos estaba contra nosotros, contra nuestro equipo", añadió.
"No sé cómo he podido hacerlo. He dado todo lo que he podido", reconoció el suizo. "Ahora solo pienso en una cosa: en las vacaciones", concluyó.