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Santiago: Viernes 19 de abril del 2024 | Actualizado 00:36
Froome, entre Contador y el colombiano Quintana. El británico resistió el domingo todos los ataques, pero la incógnita es si las fuerzas le alcanzarán para llegar a París vestido de amarillo.
AFPSAINT-NAZAIRE, Francia.- A la salida de los Pirineos, la centésima edición del Tour de Francia ciclista encara la segunda parte de la carrera con su favorito, el británico Chris Froome, ya vestido de amarillo, pero cuidado por un equipo que parece vulnerable frente a los ataque enemigos.
La formación Sky vivió una jornada de domingo negra, como su camiseta, en la etapa reina de los Pirineos. El horizonte, hasta ese momento límpido para "Froomey" y los suyos, brutalmente se oscureció. Y eso parece acentuarse en la perspectiva de la tercera semana en los Alpes, más que para las próximas jornadas, consagradas a cruzar el corazón de Francia pasando por Bretaña y el valle del Rhône.
En algunas horas, la formación dirigida por Dave Brailsford perdió a un hombre muy valioso (Kiryienka, quien llegó fuera de la hora límite el domingo). Así, dejó por el camino toda ambición de hacer doblete, como el año pasado cuando Froome entró segundo a París detrás de Bradley Wiggins.
El australiano Richie Porte, su segundo hombre fuerte, se tendrá que transformar ahora en un gregario de lujo y deberá jugar un papel fundamental en la montaña, junto al favorito Froome.
En la concentración del equipo británico ahora todo descansa sobre los hombros de su jefe de filas. Pero hasta ahora, el "keniano blanco" no dio signos de debilidad, sino más bien al contrario. Aunque ahora necesita juntar a su tropa para llegar a buen puerto en París.
Primero, deberá centrarse en ver bien quiénes son sus rivales de peligro, focalizando en cómo pueden venir los ataques colectivos.
Superior individualmente a todos sus adversarios, según sus resultados de la primera parte de la temporada, el "maillot" amarillo no tiene contrincantes directos en el mano a mano, a menos que el español Alberto Contador se recupere rápido. En dificultad sobre las pendientes de Ax-3 Domaines y al día siguiente sin mucha pierna para atacar en la segunda etapa de los Pirineos, el hombre de Pinto quiere creer que el tiempo juega a su favor y trabaja para él.
"A lo largo de mi carrera la última semana siempre ha sido la mejor en las grandes vueltas y en cuanto a Froome, está fortísimo, pero también en la última Vuelta a España se le hizo larga la última semana", dijo Contador.
La amenaza colectiva, más que individual
Pero por el contrario, Froome se enfrenta a la amenaza de equipos en bloque que le ponen bajo amenaza porque lo atacan con mayor cantidad de hombres, como el domingo pasado, aunque no le pudieron robar segundos.
Por ejemplo, el Saxo (Contador 6°, Kreuziger 5°), el Belkin (Mollema 3°, Ten Dam 4°) y sobre todo el Movistar (Valverde 2°, Quintana 7°, Costa 10°) cuentan con corredores que están ubicados en lo alto de la clasificación, a menos de tres minutos, por lo que cualquier falla del británico en las etapas duras podría dejarlo en jaque.
"Si se queda solo en alguna etapa de los Alpes se le puede hacer daño. No tiene el gran equipo del año pasado", dijo hoy el español Alejandro Valverde.
"La selección se hace para adelante y no para atrás", dijo el director del Tour, Christian Prudhomme, la misma noche de la etapa con meta en Bagnères-de-Bigorre. "Los amantes del ciclismo deben estar alegres", agregó, tras la demostración de Froome.
La segunda semana de la Grande Boucle tiene cita con la montaña recién a los pies del Ventoux, con una escalada seca que dirá mucho. Antes, el pelotón del Tour encara a partir de la región de Bretaña un largo paseo favorable para los velocistas, que deberán aguardar luego hasta la última jornada de la prueba para lucirse, el 21 de julio en los Campos Elíseos de París, día de la última etapa y entrega de premios. Pero antes deberán 'sobrevivir' a los Alpes en la tercera semana, "muy ruda", según la califica Prudhomme.
El miércoles, en el marco del monte Saint Michel, se correrá la primera contrarreloj de dos que hay en el plan de carrera (33 km). Froome, por lejos el mejor de los escaladores en este ejercicio, debería tomar más distancia y aire con esta especialidad, en la que no dependerá afortunadamente de su desarmado equipo Sky.
