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Todo lo que ocurrió dentro y fuera de la cancha tras agresión en el clásico universitario

Desde la caída de Fernando Meneses hasta los entreveros en vestuarios, la edición 177 del tradicional partido estuvo marcada por la polémica y aún no se sabe cuándo se terminará.

28 de Octubre de 2013 | 08:23 | Leonardo Vallejos, Emol
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Johnny Herrera era el más enfurecido.

Felipe González, El Mercurio

SANTIAGO.- El clásico universitario  disputado este domingo en el Estadio Nacional quedará en el recuerdo como uno de los más polémicos de los 177 que se han desarrollado en toda la historia debido a la serie de conflictos que se originaron tras la agresión sufrida por el volante de Universidad Católica , Fernando Meneses, y que culminó con la suspensión del partido y todos los entreveros que se originaron después.

Todo comenzó en el complemento, específicamente en el minuto 11. Los cruzados se imponían por la mínima y se produce un tiro de esquina a favor de los de la precordillera; Meneses se apresta a lanzar el centro, pero un proyectil cae desde la barra del conjunto laico e impacta en la cabeza al jugador cruzado, quien producto del golpe se desploma.

Los jugadores de la U pensaron era sólo una caída para hacer tiempo debido a la ventaja que tenía su escuadra, y liderados por el portero Johnny Herrera, corrieron para encararlo y que se parara . Pero Meneses no podía ponerse de pie. Es así como el árbitro Osses decide que ingrese la camilla para sacar de la cancha al mediocampista del conjunto cruzado y luego, al ver que le había caído un rollo de papel, el juez suspende por un momento las acciones, creando la incertidumbre de qué sucedería.

Luego el árbitro conversa con el encargado de Competiciones de la ANFP, René Rosas, y se toma la determinación de interrumpir el cotejo hasta nuevo aviso. El caos fue total. Los jugadores de la U, con Herrera, José Rojas y Charles Aránguiz a la cabeza, corren hacia la banca de la UC donde estaba Meneses para increparlo, ante lo cual rápidamente llegaron los de la precordillera que ya tomaban camino rumbo a camarines. Empujones, insultos y amenazas iban y venían.

Ya superado este escándalo, los azules se retiran pero sólo por unos instantes, ya que deciden volver a la cancha para presionar a que se reanudara el cotejo. Mientras tanto, en el sector de vestuarios, la polémica seguía.

El presidente de la UC, Jaime Estévez, acompañado del gerente deportivo, José María Buljubasich, intentan ingresar al camarín donde se encuentra el cuarteto de árbitros liderado por Osses para saber qué pasará y para comunicarle que los cruzados no volverían a salir a la cancha. Pero los encargados de seguridad del estadio no los dejaban pasar y ambos dirigentes comenzaron a forcejar con los guardias, golpear la puerta y a exigir que se les dejara seguir su camino con insultos y fuertes empujones.

En esto estaban cuando apareció José Yuraszeck, timonel de la U, a quien Estévez le solicita que interceda para poder pasar. Nada de esto ocurrió, y el mandamás azul no tuvo inconveniente alguno para ingresar ya que el camarín de los laicos estaba camino al de los jueces. La rabia fue total de parte de los regentes de la precordillera.

Luego de largos minutos de discusión, finalmente los cruzados pudieron acceder al vestuario de Osses para reunirse junto con Yuraszeck y Rosas para tomar la decisión de qué se haría. La cita duró cerca de media hora, la expectación era total. Fue así cuando salió Estévez y avisó: "el partido se reanuda mañana a las 12, sin público, pero nosotros apelaremos". Tras él, apareció su par azul y confirmó la información.

Mientras esto pasaba, en el camarín de la UC retiraban en una camilla, tapado con una frazada y con un cuello ortopédico al lastimado Meneses, quien fue rápidamente subido a una ambulancia y trasladado a la clínica de la Católica en Las Condes.

Pasaron los minutos y comenzó el éxodo de los jugadores. Silencio total en la mayoría de los azules, menos de uno: Johnny Herrera. El golero señaló que "me parece insólito que por el roce de un rollo de papel un jugador se caiga. Meneses desde el comienzo que estaba haciendo tiempo y ya lo iban a sacar".

La respuesta desde el otro vestuario no se hizo esperar. "Nosotros no queríamos que se suspendiera. Me parece inadecuado que desde un sillón tomen la decisión de suspenderlo porque nos afectan a nosotros", señaló el capitán Cristian Álvarez. El zaguero Hans Martínez agregó que "me parece una vergüenza que se juegue mañana porque no podremos tener a Fernando".

Ya despejados los camarines, la discusión se trasladó al plano dirigencial. Primero se dijo que era el lunes a las 12, luego señalaron que era el mismo día pero a las 15 horas. Finalmente salió la voz de la ANFP y aclaró que este lunes, a las 16 horas, habrá reunión extraordinaria de directorio para establecer qué pasará.

Así fue la caliente trastienda del caos que se originó en la edición inconclusa de un nuevo clásico universitario.

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