El Hoffenheim cayó hace una semana ante el Leverkusen por 2-1 por un cabezazo de Stefan Kiessling en el minuto 72 que el árbitro cobró erróneamente gol pese a que la pelota se coló en el arco por un agujero del costado de la malla.
"Creí que la pelota pasaría al lado del arco. La perdí de vista porque se me interpuso alguien y después vi que estaba en el arco", explicó el referí.
Kiessling, quien fue criticado por no haber visto el "no-gol", dijo que en un primer momento pensó que el arquero Koen Casteels había desviado el balón hacia la red. "Veo la pelota en dirección a la red lateral, pero después no pude ver cómo entró y la vi dentro del arco".
El escándalo encontró una ramificación positiva: el Hoffenheim anunció que subastará con fines benéficos la ya célebre red agujereada que permitió el "gol fantasma". La red de 4,5 kilogramos se subastará ahora durante la campaña benéfica a favor de los niños "Ein Herz fr Kinder" (Un corazón para los niños), que tiene lugar en una gala el 7 de diciembre.