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Santiago: Jueves 25 de abril del 2024 | Actualizado 15:29
SANTIAGO.- Las 18:00 horas del martes en Quilín y llegaba el primer protagonista de la jornada que se prolongaría hasta más allá de las 23:00 en el Tribunal de Disciplina de la ANFP. Tres más se integrarían con el paso del tiempo.
Emiliano Vecchio ingresó al complejo del ente rector en su auto negro, con una polera gris y una sonrisa que denotaba confianza para declarar tras la denuncia por las declaraciones cruzadas con el portero de Universidad de Chile, Johnny Herrera.
Minutos después, Juan Ramírez, preparador físico de Colo Colo, hizo su aparición haciéndose el desentendido de la situación con su teléfono pegado en su oreja ante la concurrencia masiva de la prensa a la comuna de Peñalolén.
Funcionarios del recinto ya comentaban que no había tal expectación desde el caso de Julio Barroso, tras sus acusaciones sobre "cosas raras" en el fútbol chileno.
En este contexto, apareció el siguiente protagonista por el caso de "simulación" en el partido frente a Iquique, que repercutió en la expulsión de Fernando Lazcano. Cabizbajo y serio, Gonzalo Fierro ingresó a eso de las 19:00 a declarar.
Minutos después, Johnny Herrera apareció junto a uno de los abogados de Azul Azul, Carlos Aravena. Lo hizo con relajo y vistiendo una colorida polera turquesa. El meta estaba envuelto en otro escándalo, pero transmitía confianza.
Las horas pasaban y Fierro fue el primero en salir. En sólo una hora, el volante abandonaba el edificio institucional a toda velocidad y sin ninguna intención de responder al acoso de los medios, como sabiendo que las cosas no saldrían como esperaba.
El reloj marcaba las 20:14 y Herrera salía "escoltado" con la misma tranquilidad con la que entró, limitándose a levantar el pulgar de su mano derecha. En una hora, el referente azul cumplía con la misión de justificar los dichos que dieron rienda suelta a esta polémica.
La idea del club era clara, poner como atenuante la misma autocrítica de Herrera cuando emitió la declaración que provocó las explosivas respuestas, inéditas a través de las redes sociales de parte de los albos. Un plan que dio sus frutos.
A las 20:55, en medio de la incertidumbre, las luces del segundo piso de la ANFP se encendieron en la sala donde el Tribunal de Disciplina sesionaba junto a los protagonistas. Caía la noche. En ese momento, Tapia, Vecchio y Ramírez aún se encontraban ahí, mientras el volante y el PF se explayaban, el técnico esperaba impaciente.
Cerca de 20 minutos después, Vecchio y Ramírez tomaban aire fresco después de tres horas del trámite. Sonrisas de satisfacción y una rápida partida sin acercarse a micrófono alguno.
Tapia, por su parte, cerca de las 22 horas logró convencer al Tribunal de su arrepentimiento por la expulsión en el duelo ante Huachipato en el Monumental por la tercera fecha. Junto a un acompañante con el que conversaba constantemente, se trasladó a su domicilio tras la dura jornada.
Cuando se creía que por fín se daría la resolución esperada, el ente debió sesionar por casi dos horas: los más de 30 casos de futbolistas de distintas competiciones también esperaban su dictamen. Pero el foco de atención era otro y sólo quedaba esperar.
Eran las 23:25 y el secretario subrogante Álvaro Ramírez y el presidente Exequiel Segall al fin se sentaban en la sala de prensa para revelar el esperado dictamen.
Luego de nombrar a la treintena de sancionados entre Primera A, Primera B y Segunda División, la sorpresa se instalaba: Herrera, Vecchio, Ramírez y Tapia eran absueltos y Fierro castigado por "simulación exitosa grave".
Azules y albos dejaron atrás la rivalidad fuera de las canchas y se disculparon mutuamente con el compromiso de no repetir este tipo de declaraciones. El foco vuelve al fútbol con un fallo inédito que confía en que se sacarán las lecciones del caso.
