Otárola se inició profesionalmente en Huachipato.
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.- Pablo Otárola permanece internado en la UCI del Hospital Regional de Temuco luchando tras el grave accidente que sufrió el viernes pasado y que hoy lo tienen en coma y conectado a ventilación mecánica.
"Esta es una lucha más en su vida, quizás la más importante", señalan a Emol desde Huachipato, cuadro donde se formó el jugador de 28 años que ahora defiende a Deportes Temuco.
El primer gran golpe de su vida llegó cuando aún era juvenil. Murió su hermano mayor, quien era su principal hincha y más que hermano, su amigo. Esa tragedia marcó su carrera, ya que desde ahí siempre señaló que todo lo que hiciera sería por él. Nunca lo ha olvidado.
"Con eso se hizo más fuerte. Obviamente quedó muy apenado porque eran muy cercanos", recuerda Dagoberto Currimilla, compañero de Otárola desde que ambos jugaban en la Sub 15 del conjunto acerero y uno de sus mejores amigos.
A esto se suman las lesiones, las que en parte han privado que haya consolidado su carrera en equipos de Primera División. La más grave fue a fines del 2007 cuando se fracturó el quinto metatarsiano del pie izquierdo, lo que lo dejó al margen del Apertura 2008. Luego, el 2010, no jugó ni un sólo minuto debido a una fractura de peroné y corte de ligamento del tobillo izquierdo que lo dejaron seis meses sin jugar.
Currimilla comenta que su amigo "es un jugador de cerro. Vivía en el Cerro Zaror en Talcahuano y allá le pusieron 'Mariscal' porque vivía comiendo ese plato. Además, el profe Luis Rodoni (preparador físico en la época que Arturo Salah fue DT de los acereros) le puso 'Torombolo' porque decía que se parece a un dibujo animado que es alto y flaco".
En lo futbolístico, uno de sus formadores señala que "siempre jugó de central. Le ayuda su buen porte y juego aéreo. Pero más que ser técnico se caracteriza por su fuerza y muy trabajador. Por algo fue capitán en casi todas las series menores acá".
Ahora Currimilla, quien defiende a Unión Española, viajará a Temuco para acompañar a los familiares de Otárola. "Hablo constantemente con sus padres, están muy afectados, pero como todos también estamos ilusionados en que saldrá de esta", sentenció.