NUEVA YORK.- La Bolsa de Wall Street se prepara para el comienzo de una nueva "temporada de resultados" tras una serie de advertencias empresariales y en un ambiente más optimista respecto al futuro de los tipos de interés.
En las próximas dos semanas, la gran mayoría de las empresas estadounidenses darán en efecto a conocer sus resultados correspondientes al segundo trimestre del año.
Este es siempre un momento clave para los analistas e inversores, ya que se puede especular sobre la economía y el mercado en general, pero son los beneficios de las compañías los que, en definitiva, presentan el diagnóstico más certero sobre la salud de las empresas.
Para preocupación de los inversores, en las últimas semanas un gran número de compañías han advertido de que sus beneficios, en el segundo trimestre, estarán por debajo de las predicciones de los expertos.
Uno de los sectores más afectados por estas malas proyecciones de beneficios ha sido el informático, después de que Computer Associates, Compuware y varias otras compañías de menor tamaño indicasen que no lograrán cumplir con las expectativas de los expertos.
Sin embargo, el mercado se ha visto apoyado por una serie de datos económicos que muestran que la fuerte actividad en los EE.UU. está comenzando a ceder.
Los altos niveles de demanda de los consumidores estadounidenses, derivados de la gran expansión económica, preocupan a las autoridades monetarias estadounidenses, que iniciaron en junio del año pasado un período de alzas de los tipos de interés para frenar la aparición de presiones inflacionarias.
Desde esa fecha, la Reserva Federal (la Fed o Banco central de los EE.UU.) ha elevado los tipos en seis ocasiones, y con excepción de su último consejo del mes pasado, cada vez que se reunió su comité de política monetaria, decidió una nueva alza.
Respecto a lo que se decida en la próxima reunión del 22 de agosto, las opiniones entre los analistas están divididas, mientras algunos creen que ya se logró lo que se buscaba, otros creen que aún se hacen necesarias una o dos nuevas alzas de los tipos de interés en este año.
Un dato muy positivo para la Bolsa se conoció ayer cuando se dio a conocer el balance del mercado laboral estadounidense para el mes de junio.
El Gobierno estadounidense informó de que la tasa de paro descendió del 4,1 de mayo, al 4 por ciento, y que el coste promedio de la mano de obra por hora se incrementó en un 0,4 por ciento, por encima del 0,1 por ciento de mayo.
Pese a que estas cifras parecen mostrar que la economía sigue creciendo fuerte, estos datos se compensaron con otras cifras más benignas para la Bolsa.
El Gobierno también señaló que en junio se crearon sólo 11.000 nuevos empleos netos (nuevos empleos menos los despidos), inferiores a los 260.000 que esperaban los analistas de Wall Street.
Pese a que esta cifra de 11.000 nuevos empleos es fruto, en su mayor parte, del despido de cerca de 190.000 trabajadores temporales contratados por el Gobierno para realizar el Censo del año 2000, la creación de empleos en junio fue inferior a la prevista.
Esto, que es malo para el estadounidense medio, es una buena noticia para Wall Street, ya que implica que la economía está creciendo a un ritmo más lento y, por lo tanto, mantiene vivas las esperanzas de que no se decretará una nueva alza de tipos el 22 de agosto.
Impulsadas por esta interpretación benévola de los datos de empleo, las bolsas de Wall Street anotaron el viernes una fuerte alza que hizo que los mercados quedaran muy bien perfilados para la "temporada de resultados" que se avecina.
El Dow Jones de Industriales, el promedio más importante de Wall Street, subió 154,51 puntos, o un 1,47 por ciento, hasta los 10.635,98, lo que significó un incremento semanal de 188,09 puntos, o un 1,8 por ciento.
El mercado electrónico Nasdaq, donde cotizan las principales empresas de nuevas tecnologías, computadores e Internet, subió ayer 62,63 puntos, o un 1,58 por ciento, hasta los 4.023,20.
Con esta alza, el Nasdaq logró en toda la semana un incremento de 57,1 puntos, o un 1,44 por ciento.
