SAO PAULO.- Cuatro naciones sudamericanas acordaron unir fuerzas para combatir la fiebre aftosa y mostrar al mundo que su ganado es seguro, tras un brote de la temida enfermedad, dijo el domingo la estatal Agencia Estado de Brasil.
Los ministros de Agricultura de los países del bloque comercial Mercosur -Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- anunciaron que trabajarían juntos para obtener el reconocimiento de la autoridad sanitaria animal Oficina Internacional des Epizzoties, con sede en París.
"Los esfuerzos de vacunación deberían intensificarse con el objetivo de extender las áreas libres de la enfermedad fiebre aftosa", dijeron en un comunicado conjunto, después de la reunión en una feria ganadera celebrada el sábado en el estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil.
Los países planean formar una comisión conjunta para ayudar a combatir la enfermedad más rápidamente y coordinaron una reunión de las autoridades sanitarias del Mercosur el 22 de septiembre en Montevideo.
La fiebre aftosa es una enfermedad viral que causa ampollas en las bocas y patas de vacas, cerdos, ovejas y cabras, que una vez infectadas usualmente mueren después de sufrir fiebre alta y falta de apetito, pero no puede ser transmitida a los humanos.
La enfermedad reapareció en la región en agosto. Las autoridades argentinas sacrificaron 3.500 reses después que encontraron anticuerpos para el virus que causa la enfermedad en 10 vacas paraguayas que pastaban en el norte del país.
El 24 de agosto, las autoridades brasileñas detectaron una versión desarrollada de la fiebre aftosa en 28 reses en Río Grande do Sul, una región de cría de ganado vacuno y porcino fronteriza con Argentina y Uruguay, en alrededor de 14 sitios de infección.
El ministro brasileño de Agricultura, Marcus Vinicius Patrini de Moraes, dijo que 988 animales -entre ellos, vacas, ovejas y cerdos- fueron sacrificados para prevenir que la enfermedad se propagara y el área alrededor de la zona de infección fue puesta bajo cuarentena.
El origen de la enfermedad ha desconcertado a las autoridades brasileñas, que enviaron a investigadores a Río Grande do Sul, donde el caso más reciente de fiebre aftosa fue reportado en diciembre de 1993.
Entre las diversas teorías, se encuentran la de contrabando de animales de países vecinos y sabotaje por parte de rivales.
Brasil dijo que el brote de la enfermedad no se originó en Argentina ni en Uruguay. Paraguay negó toda responsabilidad e insistió en que su ganado cumple con las normas de salud internacionales.