NUEVA YORK/BUENOS AIRES.- El riesgo país de Argentina se disparó este jueves por encima de los 1.500 puntos básicos, en medio de rumores, desmentidos en los últimos minutos, de una abrupta salida del ministro de Economía, Domingo Cavallo, dijeron operadores en Wall Street.
El alza récord del riesgo país argentino, que alcanzó a las 12.15 hora de Nueva York los 1.555 puntos básicos, medido en términos del índice de mercados emergentes EMBI de JP Morgan, fue acompañado de una caída generalizada de los bonos de los países latinoamericanos, y de retrocesos de las monedas mexicana, chilena y brasileña.
"Cavallo está en su puesto", dijo un portavoz gubernamental en respuesta a los insistentes rumores surgidos por la falta de apoyo político al nuevo plan de ajuste fiscal.
"Los que esperaban que el anuncio del ministro de Economía, Domingo Cavallo, de que Argentina sólo gastará lo que recaude por impuestos, iba a devolver la confianza de los inversionistas en Argentina y en los mercados emergentes se equivocaron totalmente", dijo el experto en deuda emergente de BNP Paribas, José Barrionuevo.
En tanto, las acciones líderes de la Bolsa de Comercio argentina se hundían un 12,68%, a 296,33 puntos, tras llegar a caer minutos antes un 13,46%.
Si la caída de la Bolsa llega al 15%, se suspenderán las operaciones.
Todas las opiniones del mercado coinciden en señalar que las críticas que recibió el plan del Gobierno por parte del ex presidente Raúl Alfonsín así como de otros dirigentes de la Alianza UCR-Frepaso, provocan la caída de los mercados.
El rechazo de los partidos, y en particular de los gobernadores provinciales, así como de los sindicatos, es explicado por la difícil situación social que ya motivó numerosos cortes de ruta en el país y una desocupación que crecerá de 14,7% en octubre pasado a 16% o 17% a mayo último, según cifras preliminares oficiales.
Según esas previsiones, sobre una población económicamente activa de unos 12 millones de personas, la tercera parte de ellas está sin empleo o subocupada.
En octubre habrá elecciones legislativas para renovar la totalidad del Senado (controlado por el Partido Justicialista) y la mitad de Diputados (el oficialismo retiene actualmente sólo 104 bancas y el quórum es de 129).
El salvavidas que lanzó el miércoles por la noche el ministro Domingo Cavallo, un economista liberal, es virtualmente un calco del plan que le costó el cargo a su antecesor ortodoxo Ricardo López Murphy, luego de una cerrada oposición de la clase política en general, así como de los sindicatos.
Para aniquilar un desequilibrio fiscal de US$ 1.500 millones hasta fin de año y alcanzar déficit cero, el Gobierno dispuso la poda de salarios del Estado, incluidos los de fuerzas de seguridad y militares, de entre un 8% y un 10%, aunque aseguró que no habrá despidos.
El Gobierno anunció que pagará sólo con los ingresos que recaude.
El recorte también alcanza a jubilaciones, pensiones, proveedores y contratistas, pero fueron exceptuados los poderes Legislativo y Judicial.
Asimismo, decidió obligar a las empresas a 'bancarizar' (pagar a través de los bancos) todos los salarios a fin de evitar la evasión fiscal, y unificó sin excepciones en 0,6% un impuesto al cheque para operaciones de depósitos y retiros de cuentas corrientes.
No obstante, ratificó que pagará los compromisos externos, que no devaluará ni tocará los depósitos bancarios.
Sin embargo, todo ello en lugar de calmar avivó el avispero político, hasta dentro del propio oficialismo de la Alianza UCR-Frepaso.
El senador Leopoldo Moreau (UCR) enfatizó este jueves que "el radicalismo es el partido que se opone" a las medidas económicas y adelantó que esa fuerza "va a actuar para tratar que se reviertan", aunque "no vamos a abandonar a Fernando de la Rúa, ni vamos a abandonar el Gobierno, ni vamos a abandonar la pelea, que es lo que quiere Domingo Cavallo", que los acusó de dividir.
A su vez, el diputado frepasista Carlos Raimundi admitió que existe un "nivel de disconformidad supremo" en esa fuerza política, que adoptará una "decisión institucional" sobre su relación con el Gobierno.
"Nos dijeron: o apoyan esto o contribuyen a la crisis", se quejó Raimundi, que criticó que el Gobierno consultó "en último término" a los diputados de la Alianza, "cuando las medidas ya estaban adoptadas".
Este mediodía, en el domicilio del titular de la UCR y ex presidente de la Nación (1983-89), Raúl Alfonsín-que la víspera reclamó públicamente un ajuste equitativo, con énfasis en quienes tienen más-, se congregaron las máximas figuras aliancistas sin cargos en el Gobierno.
Entre legisladores y economistas se destacaba la presencia del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, y del presidente del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, ambos del Frepaso. Por los radicales destacaban, entre otros, el diputado Jesús Rodríguez y el senador Moreau.
Previamente, ante un foro empresarial esta mañana, De la Rúa había convocado a todos los sectores a "no especular con las dificultades" económicas, a brindar "su aporte para mostrar la unidad nacional", solicitó "comprensión" y ratificó que Argentina "no va ni a la devaluación, ni al default".
Por ello, pidió a los gobiernos provinciales (24 en total, de los cuales 14 peronistas) que apliquen medidas de "corrección fiscal" y les recordó que "lo que antes era prioridad, ahora es una urgencia".
La conducción del bloque de diputados peronistas se reunirá recién por la tarde para analizar y fijar posición sobre el paquete de medidas.
No obstante, Humberto Roggero, jefe de la bancada, precisó que los anuncios "demuestran que la única receta que conocen los ortodoxos como Cavallo es el ajuste".
"Los argentinos seguimos esperando el plan de crecimiento que había prometido" el ministro de Economía, aseveró.
