OIT dice que salario mínimo y negociación colectiva son relevantes al hablar de calidad del empleo.
El MercurioNUEVA YORK.- Un nuevo informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) reconoce la reactivación económica que han logrado los Países Menos Adelantados (PMAs), pero señala que los mismos todavía enfrentan grandes desafíos estructurales en términos de crecimiento, empleo y trabajo decente.
El estudio muestra que durante el período 2000-2009 el empleo en los PMAs creció a una tasa de 2,9% levemente superior al crecimiento de la población, pero muy por debajo del crecimiento del PIB. La mayor parte del incremento tuvo lugar en el sector de servicios, mientras que el sector de la industria representó apenas el 10% del empleo total en 2008, comparado con un 8% en 2000.
El porcentaje de trabajadores asalariados aumentó levemente, de 14% en 2000 a 18% en 2008, si bien la gran mayoría de los trabajadores siguió atrapada en empleos calificados como vulnerables, que no permiten superar la línea de la pobreza.
"El principal desafío del mercado laboral en los Países Menos Adelantados no es el desempleo, sino la falta de empleo productivo y trabajo decente para la gran cantidad de trabajadores pobres que existe", dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia.
La OIT señala también que "el crecimiento a lo largo de la última década ha sido muy volátil, porque se ha basado en las exportaciones de materias primas en vez de en una estructura de producción diversificada". Por ello, en el análisis se destaca que "el enorme déficit en infraestructura pública, educación y calificaciones, lo cual limita una estrategia de crecimiento que sea más sostenible y equilibrada".
El estudio detalla que como resultado de una falta de políticas y, por lo tanto, de un estancamiento de la agricultura, así como de un escaso crecimiento industrial y la falta de diversificación, el empleo productivo ha aumentado apenas levemente, especialmente para las mujeres y los jóvenes, y se han alcanzado altos niveles de pobreza laboral, empleo vulnerable, informalidad y una baja productividad.
Sin embargo, a algunas regiones y países les ha ido mejor que a otros en cuanto a patrones de crecimiento, inversión, reducción de la pobreza y protección social, entre otros temas. Por ello, una conclusión clave del informe es que resulta importante qué produce un país, porque ello potencia su capacidad de aprendizaje, lo cual forma la base de la transformación y el crecimiento productivo.
Recomendaciones del organismo
El estudio de la OIT finaliza con una lista de 20 recomendaciones y directrices, entre ellas la necesidad de promover la diversificación sectorial y de exportaciones, pasando de un enfoque en materias primas a productos manufacturados y a esquemas macroeconómicos que faciliten la creación de empleo y la reducción de la pobreza.
Asimismo, el informe recomienda políticas que apoyen el desarrollo de capacidades productivas en la industria y la agricultura, así como el desarrollo de infraestructura y una masa crítica de empresas sostenibles que generen empleos. El estudio también hace un llamado por un mejor acceso a la protección social y programas públicos de empleo dirigidos a los grupos vulnerables, en particular las mujeres y los jóvenes.
Además plantea "la necesidad de implementar políticas sociales y laborales que estimulen la transición de la economía formal a la informal, la protección de los ingresos de los grupos más vulnerables, así como el establecimiento de una serie de instituciones del mercado laboral que abarquen áreas como la legislación para la protección del empleo y el salario mínimo".
La OIT también se refiere a "la legislación sobre salario mínimo, en particular, es un medio eficaz para garantizar que todos los trabajadores reciban al menos un salario que les permita tener una vida decente a sus familias". El estudio sostiene además que la negociación colectiva y la libertad sindical tienen un impacto importante en el desarrollo.
"Los Países Menos Adelantados tienen a su disposición un abanico de experiencias y combinaciones políticas para impulsar una agenda de transformación estructural y trabajo decente", apuntó Somavia.
Sin embargo, añadió que "cada país debe elaborar la combinación de políticas que mejor se ajuste a las circunstancias y prioridades nacionales. Estos países también necesitan un ambiente externo más solidario, impulsado por una globalización más equitativa y una mayor coherencia política".
Con todo, Somavía aseveró que la OIT está "lista para colaborar con los donantes de los PMAs, así como con las organizaciones regionales e internacionales, en una nueva era de crecimiento, desarrollo y justicia social".