BRUSELAS.- Las señales de una recaída en recesión de la zona euro en el tercer trimestre del año se acumularon en los últimos días, con varios indicadores pesimistas, a pesar de la resistencia de la economía de Alemania en el segundo trimestre.
A mediados de agosto, la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, publicó una primera estimación del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro que mostró un retroceso del 0,2% en el segundo trimestre, tras haberse estancado en el primero.
Los analistas advirtieron de que el retroceso del PIB debería continuar durante el tercer trimestre. Técnicamente un periodo de recesión corresponde a dos trimestres consecutivos de retroceso del PIB.
El índice PMI, que mide la actividad del sector privado, publicado el pasado jueves, reforzó este hecho al anunciar una contracción de la actividad en la zona euro por séptimo mes consecutivo.
"Si tomamos juntos los índices de julio y agosto, parecen corresponder a una caída trimestral del PIB del orden del 0,5 o 0,6%", en el tercer trimestre y "se necesitaría un rebote sustancial en septiembre para contradecir estas previsiones", según Rob Dobson, analista de la sociedad Markit, que publica este índice.
De producirse una recesión, sería la segunda en tres años para la zona euro, que recuperó su crecimiento en el tercer trimestre de 2009. Con el PIB negativo en el cuarto trimestre de 2011 (-0,3%) y nulo en el primer trimestre de este año, la zona euro evitó la recesión por muy poco.
Además Alemania, con una progresión del 0,3% en su PIB en el segundo trimestre, comenzó a mostrar signos de fragilidad, a pesar de haber resistido hasta ahora, no como en el caso los países del sur de la zona euro.
Markit subrayó que, aunque la actividad económica se redujo en las dos principales economías de la región, este retroceso se ralentizó en Francia, mientras que en Alemania se aceleró.
Tensión en los mercados y austeridad
La contracción de la actividad observada en Alemania por séptimo mes consecutivo "hace pensar que la modesta progresión de la economía observada en el segundo trimestre no se repetirá en el tercero", considera Jonathan Loynes de Capital Economics.
El índice PMI de servicios "cayó muy por debajo del umbral de 50, hasta 48,3, por primera vez desde el verano de 2009, signo de que el consumo de las familias alemanas podría debilitarse tras un muy buen segundo trimestre", explica, por su parte, Julien Manceaux, de ING.
El índice PMI muestra una progresión de la actividad cuando supera 50 y una contracción por debajo de este umbral.
Para este analista, en términos generales, "la combinación entre tensiones en los mercados financieros y austeridad presupuestaria constituye un importante freno para la demanda interior en la zona euro y la demanda exterior es muy débil para tener un efecto compensatorio".
Considera que un "giro en el sentimiento económico no se podrá producir hasta que el futuro de la zona euro comience a parecer menos incierto", lo que "desgraciadamente, no debería producirse inmediatamente".
Otros analistas se muestran menos alarmistas, como Marie Diron, de Ernst and Young, quien estima que "aunque visiblemente continúa contrayéndose, la economía de la zona euro no se está desmontando".
Ahora bien, "es necesario que la recesión permanezca contenida para dar a los responsables políticos el espacio suficiente para poner en marcha reformas", señala, y evoca las medidas en marcha en materia de integración presupuestaria y unión bancaria.
Christian Schulz, de Berenberg, recalca que la zona euro, "al hacer frente a sus desequilibrios internos, gracias a las reformas estructurales y a la austeridad", lo que condujo a disminuir el consumo en varios países en crisis, "se está haciendo más competitiva a nivel mundial".