FRANKFURT.- La agencia de medición de riesgos Fitch considera que las perspectivas de calificación de crédito de Latinoamérica son estables, excepto en Argentina, El Salvador y Venezuela, que son negativas.
En un seminario sobre "Latinoamérica, oportunidades y retos" en Frankfurt, Fitch dijo que las perspectivas de Ecuador y de Uruguay son positivas.
"Condiciones externas débiles, precios de materias primas estables y la falta de reformas significativas es posible que resten valor en 2013 a las rápidas mejoras en la solvencia de Latinoamérica hechas hasta ahora".
Fitch añade que "condiciones externas inciertas podrían golpear la solvencia de países con amortiguadores limitados y marcos políticos débiles".
La agencia de medición de riesgos añade que el producto interior bruto (PIB) regional crecerá en 2013 hasta el 3,7% desde el 2,8% en 2012.
Bolivia, Chile, Colombia, Panamá, Perú, Surinam y Uruguay van a tener un comportamiento mejor que el crecimiento medio de la región del 3,7%. Panamá va a ser el país con el crecimiento económico más rápido en la región. Sin embargo, Argentina, El Salvador, Jamaica y Venezuela van a tener un crecimiento por debajo de la media.
Los principales riesgos a la baja para el crecimiento de la región y las perspectivas de crédito son exteriores e incluyen que se materialice el abismo fiscal en EE.UU., una intensificación significativa de la crisis de endeudamiento de la zona del euro y una desaceleración en China más rápida de lo esperado, incluido un aterrizaje forzoso.
"Todos estos factores podrían debilitar la demanda externa y los precios de las materias primas más de lo esperado", según la agencia de medición de riesgos.
Chile y Perú son los países que mejor posicionados están para implementar estímulos fiscales para compensar impactos exteriores potenciales.
Fitch calcula que las reservas internacionales de la región aumentaron a US$ 812.000 millones en 2012, desde los US$ 494.000 millones en 2008. Asimismo prevé continuidad política en Chile y Ecuador tras las elecciones presidenciales y parlamentarias.
La consolidación de democracias electorales en la región ha reducido los riesgos relacionados con cambios violentos de regímenes.
"La expansión de la clase media y una caída continuada de las desigualdades de ingresos en la región debería apoyar la estabilidad política y social en el futuro", según Fitch.