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Eludir impuestos sustenta la multimillonaria fortuna de los dueños de Wal-Mart

La familia más rica de Estados Unidos, con un patrimonio de más de US$ 100.000 millones, ha aprovechado algunas lagunas jurídicas para evitar el impuesto a las sucesiones, según consta en documentos.

18 de Septiembre de 2013 | 11:30 | Bloomberg
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Un pequeño supermercado Walmart Neighborhood Market, en Chicago, Illinois.

AFP

NUEVA YORK.- El público que visita el Museo Crystal Bridges de Arte estadounidense en Bentonville, Arkansas, deja notas de agradecimiento en una pared de vidrio cerca de la entrada.


"¡Gracias, Alice!", se lee en una. "Merci Alice Walton, pour la vision", en otra.


Alice Walton, la heredera de Wal-Mart Stores Inc., fundó el museo de arte americano Crystal Bridges en 2011 en una barranca boscosa cerca de su casa de la infancia, aportando docenas de pinturas de su colección personal. Financiado por más de US$ 1.000 millones en donaciones de su familia, el museo pone en evidencia la generosidad y la vasta riqueza de los Walton. También es un monumento a su habilidad para preservar esa fortuna a través de las generaciones.


La familia más rica de Estados Unidos, con un patrimonio que supera los US$ 100.000 millones, ha aprovechado una serie de lagunas jurídicas para evitar el impuesto a las sucesiones, según registros judiciales y presentaciones ante el IRS (el equivalente estadounidense del SII) obtenidos mediante solicitudes a los archivos públicos. El ejemplo de los Walton destaca de qué manera los multimillonarios eluden hábilmente un impuesto destinado a asegurar que los más ricos del país aporten la parte que les corresponde al Estado, en lugar de perpetuar un patrimonio dinástico, una idea de justicia expresada por los defensores del impuesto sucesorio como Warren Buffett y William Gates padre.


Los impuestos a la herencia y las donaciones recaudaron nada más que US$ 14.000 millones el año pasado. Esto representa alrededor del 1% de los US$ 1,2 billones legados en los Estados Unidos cada año, en su mayor parte por las personas muy ricas, estimó el ex secretario de Hacienda Lawrence Summers en un posteo subido al blog de Reuters.com en diciembre. El contraste sugiere que "nuestro sistema de impuesto sucesorio está en quiebra", escribió.


Ahorros "increíbles"


Desde 2003 La madre y el hermano de Alice Walton volcaron más de US$ 9.000 millones en fideicomisos que financian proyectos de beneficencia como Crystal Bridges y también están pensados para que las donaciones a los herederos estén a salvo de gravámenes. Otro Walton introdujo una maniobra para evitar la tributación que en este momento es ampliamente utilizada por los multimillonarios estadounidenses.


"Odio decirlo, pero los muy ricos pagan muy poco en impuestos sobre las donaciones y la herencia", dijo Jerome Hesch, abogado de Berger Singerman LLP de Miami que revisó algunas de las presentaciones de documentación obligatoria de los fideicomisos de la familia Walton para Blooomberg. "En los números de los Walton, los ahorros son increíbles".


Un portavoz de la familia, Lance Morgan, dijo en un comunicado que "todas las prácticas benéficas y de planificación sucesoria empleadas por la familia Walton están ampliamente disponibles y son utilizadas comúnmente".


Morgan representa la rama de la familia que incluye a los tres hijos vivos y los ocho nietos de Sam Walton. La participación de éstos en Wal-Mart es suficiente como para llenar una gran piscina de natación de jardín con oro sólido.


Al momento de la muerte, se recauda un impuesto sucesorio de 40% sobre más de US$ 5,25 millones en el caso de un individuo o US$ 10,5 millones para una pareja. La donación total en vida a los herederos que supera esos umbrales también es gravada en un 40%, impidiendo que se eluda el impuesto sucesorio mediante daciones anticipadas.


El solo hecho de cerrar dos lagunas fiscales sucesorias –que los Walton parecen haber utilizado- recaudaría más de US$ 2.000 millones anuales en el próximo decenio, según estimaciones del Departamento del Tesoro. Esto no cuenta los impuestos que se pierden debido al tipo de fideicomisos de beneficencia que los Walton utilizaron para financiar proyectos como el museo; el departamento no ha estimado ese costo.


Mecenas


En 2005, Alice Walton atrajo la atención del mundo del arte con una serie de compras. Gastando US$ 35 millones por una sola obra, reunió rápidamente una colección que sentaría las bases del Crystal Bridges.


Walton subió a un estrado para bautizar el museo un día diáfano de noviembre de 2011.


"Este proyecto ejemplifica la forma en que una sola donación crece y se vuelve más grande cuando son muchos más los que dan generosamente", dijo con su tonada de Arkansas.


No mencionó el beneficio de las donaciones para una de las partes –eludir el impuesto sucesorio. La mayor parte del dinero para el museo de Walton –más de US$ 1.000 millones, incluidos los legados– provino de la Fundación de la Familia Walton, la rama principal de beneficencia de la familia, que también gasta cientos de millones de dólares al año en reformas educativas y protección ambiental.


La Fundación, a su vez, se financia principalmente con una serie de 21 fideicomisos. La viuda de Sam Walton, Helen, a quien está dedicado el terreno donde se alza el museo, creó cuatro de los fideicomisos en 2003. Su sucesión estableció 12 más después de su muerte en 2007. Su hijo John, que murió al estrellarse en un avión ultraliviano en 2005, estipuló cinco más en su sucesión.


"Made in America"


Salvaguardar el patrimonio de los Walton a medida que pasa de una generación a la siguiente es la tarea de un puñado de personas que trabajan en una habitación sin ninguna identificación en Bentonville, sobre una tienda de bicicletas llamada Phat Tire. Walton Enterprises LLC administra la fortuna más grande del mundo en una oficina anodina de la cual los empleados de la cafetería aledaña ni siquiera han oído hablar.


No obstante, los planificadores profesionales en algunos casos han tomado a los Walton como modelo. El patriarca Sam Walton, que fundó Wal-Mart en Bentonville, cultivó una imagen de tipo normal y corriente de Oklahoma que disfrutaba cazando codornices y conducía una camioneta Ford destartalada. También demostró una previsión inusual en la planificación sucesoria.


Según su autobiografía "Made in America", Sam Walton comenzó a arreglar sus asuntos para evitar una potencial factura impositiva sucesoria en 1953. Su tienda de artículos baratos estaba todavía en ciernes y su hijo mayor tenía 9 años.


Ese año, regaló una participación del 20% en el negocio familiar a cada uno de sus hijos, manteniendo un 20% para él y su esposa.


Propuestas muertas


El presidente Obama ha exhortado en reiteradas oportunidades a poner fin al vacío legal del caso Walton en su propuesta del presupuesto anual, estimando que ahorraría US$ 3.900 millones en un período de 10 años. Hasta ahora, las propuestas no han tenido eco.


Si bien el uso astuto que han hecho los Walton del derecho tributario probablemente dejó menos para el Estado, los habitantes de Bentonville –donde a Sam Walton se lo conocía como "Mr. Sam" y a su hija como "Miss Alice"– están cosechando alegremente los beneficios.


El museo Crystal Bridges recibió a su millonésimo visitante el mes pasado, mucho antes de lo pensado. Maureen Seymour, de 64 años, de la localidad cercana de Bella Vista, ingresó en una exposición frente a una piscina reflectante. Trabaja como voluntaria en el museo porque es un "lugar alegre", dijo. "Hay mucha gente aquí que nunca estuvo en un museo, nunca".


En cuanto a las consecuencias fiscales de la filantropía de los Walton, "No estoy enterada de nada de eso", dijo Seymour. "Pienso en lo que significa para la comunidad. Accedió a otra dimensión. Pienso en todos los empleos que crearon, en todos los niveles. Los Walton han sido generosísimos".

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