JOLO, FILIPINAS.- Las negociaciones para lograr la liberación de los 21 rehenes europeos y asiáticos en manos de separatistas musulmanes en la selva filipina podrían comenzar la próxima semana, dijeron hoy fuentes oficiales.
Las negociaciones podrían iniciarse el lunes o martes, luego que el presidente Joseph Estrada les dé su visto bueno. Estrada regresó hoy al país tras adelantar un día una visita de estado a China.
Las conversaciones preliminares se habían complicado por una serie de escaramuzas entre los guerrilleros y el ejército y cambios en la misión de negociadores del gobierno.
El enviado libio Abdul Rajab Azzarouq y el negociador Faruk Hussein visitaron hoy un campamento rebelde para discutir el sitio y fecha para las negociaciones.
Ellos pidieron a los rebeldes una lista escrita de sus demandas, dijo Robert Aventajado, el principal negociador del gobierno.
Aventajado declaró que personalmente asistirá a la próxima reunión, al tiempo que expresó optimismo por una pronta solución a la crisis de los rehenes.
Los negociadores también se reunieron con los rehenes a quienes les llevaron un teléfono satelital que éstos usaron para hablar con sus familiares.
"Los hallamos en buena condición. A todos, particularmente, la alemana", dijo Azzarouq.
La condición de la rehén alemana Renate Wallert, de 57 años, ha mejorado sustancialmente, luego que se le suministraron medicamentos para su alta presión sanguínea.
El grupo Abu Sayyaf es el más pequeño, pero más radical de las dos guerrillas que combaten por la independencia del empobrecido sur de las Filipinas.
En conversaciones preliminares, los rebeldes han dicho que su demanda principal es el establecimiento de un estado autónomo, gobernado por las leyes del Islam.
Pero el gobierno indicó que no aceptará tal reclamo bajo ninguna circunstancia.
Los rehenes fueron capturados el 23 de abril en un centro vacacional de Malasia y luego trasladados a la isla de Jolo.
En el grupo hay tres alemanes, dos franceses, dos finlandeses, dos sudafricanos, un libanés, nueve malayos y un filipino.
Más de 200.000 personas han resultado desplazadas de sus hogares en la provincia de Mindanao, donde se encuentra Jolo, a causa de la violencia en el último mes.
