LONDRES.- El Primer Ministro británico Tony Blair dio un pequeño paso más hacia al euro, al mostrar el jueves su apoyo a una adhesión de su país de la forma más clara posible.
Blair aseguró que si la convergencia económica con la zona euro continuaba, y su partido laborista ganaba las elecciones legislativas, prevista a más tardar en mayo 2002, asumirá el riesgo de dirigir la campaña para la entrada en el euro, a pesar de que la opinión pública se opone en un 70% a esa idea.
"Mi opinión es que si la moneda única es un éxito y la economía británica se pone al mismo ritmo que las de Europa continental, sería la mejor opción para este país", dijo Blair en una entrevista con la televisión BBC el jueves por la noche.
"Creo que sería lo mejor para nuestros puestos de trabajo y nuestra industria, y pienso también que sería importante asimismo para nuestra influencia en el mundo", añadió Blair.
En las condiciones económicas actuales, dijo, podría organizarse un referéndum sobre el euro poco después de las elecciones previstas el 2002.
Sus comentarios se producen después de que el ministro de Relaciones Exteiores, Robin Cook, partidario del euro, declarara ante un grupo de sindicalistas que una adhesión era "inevitable".
Esa postura culmina una semana más de controversia en torno al euro, la moneda única en la que participan 11 socios de Gran Bretaña en el seno de la Unión Europea, y que empezará a circular realmente a partir del 1 de enero del 2002.
La prensa denominada "euroescéptica" ha multiplicado los titulares hostiles.
Esos artículos fueron alimentados a su vez por fugas provenientes de organismos gubernamentales, que advierten de un riesgo de huida de capitales si Gran Bretaña.
El viernes, un portavoz del primer ministro repitió: "nuestro objetivo es unirnos a una moneda única que funcione, a condición de que las condiciones económicas sean satisfechas".
"No es inevitable, pero es nuestro objetivo", explicó.
El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, responsable del rumbo de la moneda, acogió con los brazos abiertos la iniciativa de Blair.
"El Reino Unido satisface todas las condiciones para entrar, excepto las que guardan relaciones con el tipo de cambio", explicó Duisenberg en una entrevista publicada en Italia este viernes.
Ese criterio es uno de los cinco previstos para la entrada en la zona euro, y prevé en particular que la moneda candidata forme parte del mecanismo de cambios en el seno del sistema monetario europeo, durante un periodo de al menos dos años antes de la entrada.
Ello obliga a la moneda candidata a ceñirse a una banda de cambio.
La libra esterlina ya formó parte del antiguo sistema monetario europeo, pero se vio obligada a abandonarlo en 1992 a causa de un movimiento especulativo financiero en su contra.
"El comportamiento de la economía británica es admirable" añadió el responsable de la política monetaria de los once países del euro.