MEXICO.- El partido que gobernó a México por más de 71 años está al borde de desaparecer si no se vuelve más democrático, señaló hoy uno de los principales candidatos a ocupar el liderazgo del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
"El estado de disfunción del partido se convertirá en su defunción si trata de imponer soluciones predispuestas a las bases" del partido, señaló Roberto Madrazo, un miembro de la vieja guardia y gobernador del estado sudoriental de Tabasco, en una carta abierta dirigida al liderazgo de su partido.
Madrazo y otros dirigentes están presionando para que sea removido el liderazgo actual y regrese a su antiguo estilo populista.
Otra corriente dentro del partido está buscando ahondar las reformas internas que precedieron a su primera derrota en una elección presidencial desde su formación en 1929. Su líder es el derrotado candidato presidencial Francisco Labastida.
El Presidente Ernesto Zedillo sostuvo una reunión hoy con unos 12 gobernadores del PRI para discutir el futuro del partido. Tradicionalmente, el Presidente mandaba en el PRI, pero Zedillo ha perdido mucha de su influencia después de la derrota electoral.
La actual presidenta del PRI, Dulce María Sauri, prometió que habrá más democracia al interior del partido, incluida una votación secreta para elegir a dirigentes del Congreso, pero instó a que se tomen las cosas con calma y señaló que una convención nacional en la que los miembros del partido puedan expresar sus frustraciones deberá esperar.
Madrazo y otros dirigentes de la vieja guardia del partido desean que se convoque rápidamente a una sesión del Consejo Nacional del partido para elegir rápidamente a una nueva dirigencia.
Sin embargo, muchos de los sectores tradicionales de apoyo, como sindicatos, grupos vecinales y de campesinos, aseguran que han sido excluidos de las conversaciones celebradas con los 21 gobernadores del PRI para reformar al partido.
"Hemos sido realmente excluidos... queremos un espacio más abierto", señaló el congresista Carlos Sobrino, quien encabeza el Movimiento Territorial del PRI; una federación de grupos vecinales de bajos recursos. "No necesitamos tanto un nuevo liderazgo como necesitamos un nuevo partido", agregó.
Sin embargo, para algunos miembros del PRI, que acumuló una fama de corrupción durante las siete décadas que se mantuvo en el poder, esta derrota traerá algunos beneficios.
"Vamos a deshacernos de algunos malos elementos" en el PRI, señaló la ex congresista Rosario Guerra a la prensa local, porque el partido "ya no dará más empleos, regalos o privilegios".