OSLO.- Buzos noruegos y un grupo de rescate británico con un mini-submarino ultramoderno se aproximaban hoy cada vez más al hundido submarino ruso mientras parecían reducirse las posibilidades de hallar con vida a los 118 marineros a bordo.
Dos buques noruegos que transportaban a los grupos y a sus equipos llegaron a las aguas de Vardoe, en el extremo norte de Noruega esta mañana en ruta al mar de Barents, en cuyo lecho se halla desde hace una semana, el hundido submarino atómico Kursk a unos 108 metros de profundidad.
Varios helicópteros transportaban a funcionarios rusos a ambos buques esta mañana para coordinar los detalles sobre el esfuerzo de rescate, dijo el coronel John Espen Lien, del Comando Norte de Defensa Noruega.
"Hay una ligera demora, pero están en camino", indicó esta mañana.
La nave que llevaba al equipo de rescate británico iba a "buena velocidad" y avanzaba tal como estaba previsto para llegar a su objetivo esta tarde, dijo el Ministerio de Defensa británico.
Oficiales de la marina rusa han señalado que no hay indicios de vida en el submarino, que se hundió hace seis días.
Las inspecciones submarinas del Kursk muestran daños masivos desde popa hasta la torre de mando, que son mucho mayores de lo previsto, dijeron los oficiales.
El viceprimer ministro Ilya Klebanov, jefe de la comisión gubernamental que supervisó el martes los esfuerzos de rescate, dijo que había un "agujero aterrador" en el submarino. Y agregó que "una gran parte de la tripulación estaba en el área (de la nave) afectada por la catástrofe que sucedió con la velocidad de un rayo".
Tanto Klebanov como el comandante de la marina, almirante Vladimir Kuroyedov dijeron que de haber sobrevivientes, éstos habrían quedado sin oxígeno ayer, pero otros oficiales de alto rango en la marina creen que podrían sobrevivir hasta la semana entrante.
Rusia se negó inicialmente a aceptar ayuda occidental.