BELGRADO.- Los opositores del Presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, amenazaron con convocar a una huelga general que cerraría escuelas, oficinas e instituciones públicas hasta que el Mandatario reconozca la victoria electoral de la oposición y abandone el poder.
Por su parte, la Iglesia Ortodoxa serbia reconoció la victoria de Vojislav Kostunica y lo llamó el "Presidente electo". La iglesia no tiene poder político directo en Yugoslavia, pero tiene una gran influencia moral en la población, que la reconoce como pilar de rectitud en una sociedad corrupta.
La amenaza de huelga general intenta presionar al hombre fuerte de Yugoslavia, que se aferra a su cargo después de quedar en segundo lugar en las elecciones presidenciales del domingo, tras Kostunica.
Kotunica obtuvo el 48,96% de los votos contra el 38,62% de Milosevic, según informes dados anoche por la Comisión Estatal Electoral. Esta cifra podría llevar a la realización de una segunda vuelta electoral para el 8 de octubre. Sin embargo, la oposición, que utilizó la cifras de sus observadores en casillas electorales, argumenta que Kostunica ganó 52,54%, y Milosevic, 32,01%, lo que daría la victoria de una vez a Kostunica.
El jefe de campaña de Kostunica dijo que el conteo gubernamental era una "mala broma". Zoran Djindjic prometió que llevará a la oposición más allá de las protestas callejeras, las cuales no han tenido éxito, y que convocará "un bloqueo total del sistema y las instituciones".
"Convocaremos a una huelga general", dijo Djindjic. "Intentaremos paralizar todas las instituciones, escuelas, teatros, cines, oficinas, pediremos a todos que salgan a las calles hasta que aquel que desea ser presidente por la fuerza renuncie a su puesto".
Milosevic y altos funcionarios de su partido se reunieron urgentemente hoy, en busca de una estrategia. Corren informes aislados en todo el país de que algunas personas renunciaron al Partido Socialista tras las elecciones.
Los funcionarios de alto nivel en la coalición de Kostunica se reunieron con carácter urgente. En una declaración al final de sus contactos prometieron "defender la verdad y la voluntad democrática de nuestro pueblo".