BERLIN.- Alemania ha sufrido una ola de ataques neonazis contra sinagogas y ciudadanos extranjeros, sin que se hayan producido víctimas mortales, coincidiendo con la celebración hoy del décimo aniversario de la unificación.
El aumento de la violencia de derechas en Alemania no quedó fuera de los discursos de las celebraciones oficiales del Día de la Unidad en Dresde, este del país.
El Presidente alemán, Johannes Rau, se refirió a los ataques neonazis como "actos deplorables" y lamentó que algo así suceda en el corazón de Alemania.
En Dusseldorf (oeste del país) la policía detuvo a dos jóvenes de 15 y 16 años, sospechosos de haber provocado un ataque incendiario contra una sinagoga de la ciudad.
Según varios testigos, cuatro personas, entre ellas un hombre de unos 30 años, lanzaron dos cócteles molotov contra la entrada del templo.
Una mujer que pasaba por el lugar logró sofocar el fuego y evitó así que los daños materiales fuesen mayores.
El presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Paul Spiegel, calificó los hechos de "repugnantes ataques antisemitas" y destacó que acontecimientos como este "muestran que el radicalismo de derechas no se da sólo en Alemania del este".
Para Spiegel, el hecho de que se repitan los ataques contra las sinagogas y que las manifestaciones contra los reglamentos para perros reúnan a más personas que las que se oponen al radicalismo de derechas hacen que "haya que replantearse si fue correcto volver a instaurar asociaciones judías en Alemania".
En Schwerin (noreste del país) dos jóvenes de extrema derecha atacaron la pasada noche a un matrimonio de alemanes de origen ruso.
Aunque el hombre salió ileso, la mujer sufrió heridas de diferente consideración y traumatismo craneano como consecuencia del ataque.
La policía de la localidad logró detener a uno de los dos jóvenes, de 18 años, que supuestamente llevó a cabo el ataque y que ya había sido investigado anteriormente por exaltación del Nacionalsocialismo, mientras que el otro logró huir.
También en la madrugada de hoy, un grupo de desconocidos atacó el campanario del campo de concentración de Buchenwald (este del país).
Los radicales lanzaron piedras contra el edificio en el que se exhibe una muestra conmemorativa, dañando el cristal de seguridad, y pintaron varias cruces gamadas (el símbolo nazi) en los caminos de acceso.
Por otra parte, la policía y la comunidad judía de Berlín discrepan aún sobre el objetivo de dos jóvenes que el pasado sábado entraron desnudos durante una misa en una sinagoga de la capital.
Mientras que la policía sostiene que los dos hombres, que estaban ebrios, no actuaron por motivos antisemitas, la comunidad judía considera que se trataba de neonazis.
