WASHINGTON.- El Presidente estadounidense, Bill Clinton, retoma este jueves sus esfuerzos por llevar la calma a Cisjordania y Gaza, al recibir en la Casa Blanca al líder palestino, Yasser Arafat, mientras espera para el domingo al Primer Ministro israelí, Ehud Barak, pese al escepticismo creciente sobre su posibilidad de éxito.
A la espera de esta nueva tentativa de salvar al moribundo proceso de paz, la situación sobre el terreno se volvió a deteriorar con la muerte de seis personas, cinco palestinos y un israelí. La tensión es igualmente perceptible en el plano diplomático.
Arafat tiene previsto insistir ante Clinton durante el encuentro que sostendrán en Washington hacia el mediodía, sobre la puesta en marcha en los territorios palestinos de una fuerza internacional de Naciones Unidas destinadas a proteger a la población.
Arafat piensa plantear ese mismo proyecto durante un encuentro a puerta cerrada el viernes con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. "Nosotros tenemos derecho (a esta protección) como cualquier país sometido a una agresión" afirmó el martes en Gaza el líder palestino.
Los dirigentes israelíes han hecho saber su total oposición al uso de una fuerza de paz o de observadores internacionales. El lunes, el Presidente Clinton estimó que la petición palestina no tenía ninguna posibilidad de éxito, teniendo en cuenta este veto de Israel.
Estados Unidos siempre se mostró opuesto a una internacionalización del conflicto, pero en sus esfuerzos por mantener su papel como mediador en el proceso de paz, podría esforzarse en explorar diversas opciones incluyendo un eventual recurso a observadores internacionales, según dejaron ver en los últimos días algunos funcionarios estadounidenses.
Pero ninguna de las ideas evocada hasta ahora, incluyendo la opción inspirada por una misión de un pequeño grupo de observadores noruegos instalados en Hebrón desde 1994, parece suscitar una reacción positiva por parte de Israel.
Barak pidió el miércoles a los dirigentes palestinos "negociaciones directas" subrayando que la violencia "no puede continuar". El Primer Ministro israelí ha advertido que el Estado hebreo podría recurrir a medidas políticas o de otro tipo para detener la violencia y no aceptará la proclamación unilateral de un Estado palestino.
Barak ha manifestado su disposición a aceptar la creación de ese Estado palestino, a condición de que ella sea negociada sobre la base de las ideas sobre las cuales se avanzó en la cumbre tripartita realizada en Camp David en julio pasado.
A través del portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher,la "prioridad inmediata" en las discusiones que Clinton sostendrá este jueves y domingo es la de "detener la violencia y recuperar la calma en la región".
"Nuestro objetivo -agregó el responsable- es el pasar revista a los compromisos logrados en la cumbre de Sharm-el-Sheij (en Egipto, realizada hace un mes) y encontrar los medios para hacerlos avanzar".
"Hay varios problemas importantes y nosotros pensamos que es posible encontrar las respuestas en las dos reuniones previstas", añadió. Para Clinton el tiempo corre en su contra. Aunque aún se ignora el nombre de su sucesor en la Casa Blanca, él se ha convertido tras las elecciones presidenciales del martes en el mandatario saliente, cuya capacidad de maniobra se reducirá conforme se acerque el final de su mandato, el 20 de enero próximo.