PUERTO PRINCIPE.- Nadie duda aquí que el carismático Jean-Bertrand Aristide ha ganado las elecciones presidenciales de Haití, pero la fuerza de su mandato está en tela de juicio luego de unos comicios alterados por la violencia, la apatía y el boicot de la oposición.
Si bien los resultados parciales se conocerán hoy, se da por sentado el triunfo del ex sacerdote en una contienda con seis desconocidos que no hicieron campaña por temor a la violencia.
Los principales partidos de oposición dijeron que la elección fue el último capítulo de una larga campaña de intimidación y fraude para devolver el poder al ex presidente, quien no se presentó en 1996 porque la constitución veda los mandatos consecutivos."Esto no es una elección sino una consagración, que dará a Haití un presidente ilegítimo con un gobierno ilegítimo", dijo Chavannes Jean-Baptiste, un ex aliado de Aristide.
Los adversarios dijeron que la escasa concurrencia a las urnas restará fuerza al triunfo de Aristide.El consejo electoral, que según los opositores está constituido por partidarios de Aristide, dijo que votó el 60,5% de los 4 millones de empadronados, pero el premier Jacques-Edouard Alexis, quien apoya a Aristide, dijo que la afluencia fue ''tímida'' en la capital, donde una oleada de ataques con bomba continuó ayer y produjo un herido leve.
En Cité Soleil, la barriada pobre de Puerto Príncipe donde Aristide construyó su base política en los 80, las autoridades cerraron los comicios temprano por falta de concurrencia, tanto así que apenas 5.000 de 200.000 empadronados habían votado en el Distrito Noroeste ocho horas después de abiertos los comicios.
En tanto, se espera que el partido Familia Lavalas de Aristide gane también los nueve escaños del Senado en juego ayer. En elecciones parlamentarias en mayo, cuestionadas por Estados Unidos y otros países, Lavalas ganó 17 de 18 puestos en el Senado y el 80% de la cámara baja.
