BOGOTA.- El gobierno colombiano trasladó este miércoles a Bogotá a 41 menores guerrilleros que fueron capturados o desertaron en las últimas semanas, para iniciar su proceso de reinserción en la vida civil.
Los niños de entre 14 a 16 años, que vestían camisetas de colores y zapatos deportivos, se veían tímidos pero a la vez contentos en su llegada a la capital, que muchos no habían conocido en su vida. Los menores arribaron en tres aviones al aeropuerto militar de Catam a las 17.15 (22.15 GMT) donde los recibieron el director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) Juan Manuel Urrutia, el delegado de UNICEF en el país, Carel de Rooy y el coronel del Ejército, Paulino Coronado. Estos les entregaron regalos, entre ellos radios de bolsillo.
El grupo es parte de los 117 miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que desertaron de las filas de la insurgencia o que fueron capturados por el Ejército en el marco de la "Operación Berlín" que se desarrolla desde hace un mes. Los menores serán integrados a programas de reinserción donde se busca facilitar su reencuentro con el medio social de donde provienen, y en la medida de lo posible, la reubicación en sus hogares.
"Es un programa en principio de cuatro meses en que se le da atención psicoafectiva al niño o la niña que está en el conflicto para ayudarle a reconstruir un proyecto de vida", explicó a periodistas Juan Manuel Urrutia, director del ICBF.
Como algunos de los 41 menores fueron reclutados a la fuerza en la zona de distensión que controlan las FARC en el sur del país, el regreso a sus hogares resulta imposible, y de ahí su traslado a la capital.
"Esta es una forma extrema de trabajo infantil, aunque ni siquiera es trabajo, porque es esclavitud. No hay palabras para describir esta atrocidad", dijo De Rooy a la AP. El funcionario internacional destacó que en el caso de los menores que entraron por su propia voluntad a las FARC, porque les "mostraron una realidad que no era", el gobierno tendrá que hacer un esfuerzo mayor en la juventud.
En la "Operación Berlín", donde el Ejército también asestó 59 bajas a una columna rebelde en las montañas zona de Suratá, unos 300 kilómetros al noroeste de Bogotá, 23 eran menores. Además, se incautaron 132 fusiles, 22.000 cartuchos y 43 granadas de mano.
Junto al ICBF, trabajan en la reinserción de los menores la Defensoría del Pueblo, UNICEF, la organización no gubernamental Save the Children, el Programa de Reinserción de la Presidencia y las Fuerzas Militares. Según el director del ICBF, al final del programa la idea es que los menores "superen el trauma que les puede haber causado participar en el conflicto" y los más importante de todo, "es que vuelvan a ser niños".
A los menores se les dará techo, alimentación y educación en distintas instituciones fiscales. Previamente, todos ellos fueron indultados por los delitos en que habían incurrido. Las autoridades calculan que 6.000 jóvenes están en las filas de los grupos armados ilegales que tienen en total cerca de 30.000 combatientes.
El ICBF actualmente tiene dispuestos 200 cupos para la reinserción de menores, pero el próximo año pedirán al menos 500. El gobierno adelanta con las FARC, la principal guerrilla del país, diálogos de paz hace dos años, pero actualmente están congelados.