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Acusados de crimen de obispo guatemalteco pidieron su absolución

Al término de la etapa de conclusiones del juicio por el asesinato del sacerdote Juan Gerardi, el Tribunal Tercero concedió el derecho de "última palabra" a los acusados, cuatro de los cuales se declararon inocentes.

06 de Junio de 2001 | 20:16 | AFP
GUATEMALA.- La defensa de tres militares, un sacerdote y una empleada doméstica, acusados por el asesinato del obispo de Guatemala Juan Gerardi, pidieron este miércoles ante un tribunal su absolución por carencia de pruebas.

"Hemos venido al juicio para conocer la verdad, pero la única verdad hasta ahora es que la Fiscalía y la coacusadora Iglesia Católica no pudieron demostrar quién fue el asesino o los asesinos de monseñor Gerardi", argumentó el abogado Julio Cintón, al presentar sus conclusiones ante el Tribunal Tercero de Sentencia.

Gerardi fue asesinado en su casa días después de publicar una investigación de la Arquidiócesis de Guatemala que él dirigió, sobre violaciones a los derechos humanos cometidas por militares durante el conflicto armado (1960-96).

La versión del defensor Cintón, que defiende al coronel (r) Disrael Lima Estrada, ex jefe de Inteligencia Militar, fue apoyada por el abogado Roberto Echeverría, defensor del hijo del militar, el capitán Byron Lima Oliva.

El abogado del ex sargento Obdulio Villanueva, Irving Aguilar, también solicitó la absolución porque, "como se demostró con documentos oficiales, él estaba preso en la cárcel de Antigua en la fecha del crimen y recobró su libertad hasta el 28 de abril".

El fiscal especial Leopoldo Zeissig y el abogado Mynor Melgar, que representa a la Iglesia Católica, parte coadyuvante en la acusación, solicitaron al tribunal, el martes, 30 años de prisión para los tres militares y el sacerdote Mario Orantes.

El fiscal pidió condenar a tres años de cárcel a Margarita López, ex empleada doméstica de Gerardi acusada de encubrimiento, para la cual Melgar solicitó la absolución.

Zeissig aseguró que durante el juicio, iniciado el 23 de marzo, se pudo demostrar con base en declaraciones de los testigos, que los cuatro hombres fraguaron el plan para asesinar a monseñor Gerardi, teniendo un móvil político, dado el conocido compromiso del religioso con la defensa de los derechos humanos.

Pero según Cintrón, "no se puede condenar a nadie en este proceso, porque a las cinco personas se les acusa de delitos accesorios, como encubrimiento o alteración de la escena del crimen, porque no está el responsable directo, no está ni sabemos quien es el asesino".

El abogado de Orantes, José Toledo, argumentó además en favor de su representado que "el padre Orantes es inocente" y que la única alternativa del Tribunal (Tercero de Sentencia) es declarar su liberación (...) porque toda la acusación se basa en la declaración de un testigo falso".

Toledo admitió que el asesinato de Gerardi coincidió con la investigación, en la que el prelado denunció los horrores de la guerra civil (1960-96) y señaló a los militares como responsables de la mayoría de los crímenes cometidos en ese período.

Sin embargo -dijo- el nombre de Orantes no aparece en ese documento, ni tenía por qué adversarlo puesto que el sacerdote también es defensor de los pobres y apoya la Teología de la Liberación.

"La única prueba contra mi defendido es la declaración del indigente Rubén Chanax -ahora en el exilio-, pero ese es un testigo referencial, al que nada le consta si el padre Orantes participó en el lamentable asesinato de monseñor Gerardi", advirtió el jurista.

Echeverría, el abogado de Byron Lima, rebatió el argumento de la acusación de que los militares formaban parte de un plan que contaba con la complicidad del Estado Mayor Presidencial (EMP), cuerpo elite del ejército encargado de la seguridad del presidente, al que se le achacan numerosas violaciones a los derechos humanos.

"Se acusa al EMP de que es una institución de asesinos. Yo no lo niego, pero (...) pido que me lo demuestren", sostuvo el litigante.

Afirmó que "este juicio sigue involucrado en el pasado conflicto armado" de 36 años que terminó en 1996, al firmarse la paz entre el Gobierno y la guerrilla izquierdista.

Al término de la etapa de conclusiones, el Tribunal Tercero concedió el derecho de "última palabra" a los acusados, cuatro de los cuales se declararon inocentes.

"Pido mi libertad porque cuando se cometió el crimen estaba en la prisión de la Antigua (45 km. al oeste de la capital). No tengo nada que ver en la acusación que en mi contra presentó la Fiscalía", aseguró Villanueva.

La cocinera Margarita dijo que es inocente y aseguró que ha pasado "tres años de agonía" gastando en su defensa el dinero que no tiene.

Lima expresó: "Sobre lo que se me acusa del horrendo crimen quiero manifestar que soy inocente y se tome en cuenta mi libertad".

Tras hacer una cita bíblica sobre la búsqueda de la verdad, el sacerdote Orantes expresó: "He estado interesado en que se busque la verdad, porque la verdad es que soy inocente, jamás podía atentar contra mi amigo (Gerardi), mi mentor, mi maestro".
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