SYDNEY.- Australia está decidida a continuar con su política dura frente a la inmigración y para ello combinará la lucha contra los traficantes de personas con severas leyes de asilo para evitar que lleguen más candidatos al país, anunció hoy el gobierno.
Entre las medidas propuestas está declarar a los remotos territorios de la isla de Navidad y el arrecife de Ashmore como fuera de la zona de inmigración, de modo que quien llegue allí no tenga derecho a pedir asilo. Gran parte de los refugiados arriba a estos lugares en barcos de pesca.
El gobierno desplegó además una flotilla de barcos de guerra en su frontera norte para obligar a regresar a los botes indonesios cargados con inmigrantes.
En el último incidente en el mar, tropas australianas abordaron ayer un barco de pesca indonesio luego de que 237 refugiados -en su mayoría de Irak- forzaran a la tripulación a ignorar las advertencias y entrar en aguas australianas.
Todos los inmigrantes fueron trasladados a una nave de la Marina que ya transporta a más de 400 personas, en su mayoría afganos, y que se dirige a Port Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea.
Estos proceden del barco noruego "Tampa" y protagonizaron una crisis internacional frente a la isla de Navidad. Recibirán asilo en Nueva Zelanda y Nauru.
El ministro de Inmigración, Philip Ruddock, afirmó que durante seis horas el pesquero retrocedió tres veces, pero en cada ocasión regresaba debido a que los refugiados presionaban a la tripulación.
Ruddock estima que en Indonesia hay unas 5.000 personas listas para hacer el viaje hacia Australia, y en Malaisia otras 4.000 preparadas para viajar a puertos indonesios y de allí intentar llegar al quinto continente.
El ministro del Exterior australiano, Alexander Downer, afirmó que es necesario mantener una posición intransigente para acabar con la idea de que Canberra es "blanda".
"Lo seguirán intentando aún", dijo con respecto a los inmigrantes, "pero si mantenemos nuestros esfuerzos en vez de dejarlos entrar, lo que es la otra alternativa, al final seremos capaces al menos de clausurar definitivamente el tráfico de personas hacia Australia".
Tras una visita la semana pasada de Ruddock y Downer, el gobierno de Yakarta prometió dificultar la entrada al país de iraquíes, afganos e iraníes.