BUENOS AIRES.- El gobierno argentino dictará una norma mediante la cual fijará un tope salarial de 3.000 pesos mensuales para los funcionarios políticos, pero que se mantendrán las escalas remunerativas de los agentes estatales de carrera.
Así lo indicó el portavoz del Ejecutivo, Eduardo Amadeo, quien puntualizó que los salarios de los funcionarios de carrera no serán afectados por ese tope, porque ellos "tienen derechos adquiridos, y son los que hacen funcionar el Estado".
El gobierno que encabeza Eduardo Duhalde derogó ayer un decreto que fijaba un tope de 3.000 pesos mensuales (unos 2.150 dólares al cambio oficial) para los sueldos de los funcionarios del Estado, que había firmado Adolfo Rodríguez Saá durante la semana que fue presidente, a fines de diciembre pasado.
En tanto, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, justificó hoy que ganen más de tres mil pesos mensuales funcionarios públicos con altos cargos, como embajadores en el exterior y directores de hospitales, entre otros, y aseguró que el gobierno apuntará a "reducir todos los gastos burocráticos" para equilibrar sus arcas.
Amadeo, por su parte, confirmó que "los funcionarios políticos que están en el gabinete, que vienen y se van con Duhalde, tendrán el sueldo con el tope de tres mil pesos" que se asignó al jefe del Estado.
Ajuste gasto público
Ayer, el gobierno dio marcha atrás con el tope salarial que había impuesto a todos los empleados públicos el ex Presidente Adolfo Rodríguez Saá en su efímero paso por la Casa Rosada.
Esta medida, que se da de bruces con el discurso oficial de ajuste del gasto público, allana el camino para que el Presidente Eduardo Duhalde y sus ministros aumenten sus haberes.
Dos días antes de Navidad, Rodríguez Saá fijó un techo de 3000 pesos para el sueldo presidencial y ordenó que ningún agente de la administración pública superara esa cifra.
Pero ayer esta disposición se eliminó.
En el Boletín Oficial apareció publicado el decreto 157/2002 que deroga el anterior y que fue firmado por Duhalde y por todo el elenco ministerial.
El argumento oficial es que esta restricción en los salarios paraliza el funcionamiento de las estructuras medias del Estado.
"Esto nos generó graves problemas porque los buenos técnicos preferían emigrar al sector privado y, por ejemplo, no había quien confeccionara el presupuesto", explicaron fuentes cercanas al Presidente.
La medida generó una gran confusión entre los miembros del gabinete que, hasta anoche, no podían precisar qué salario figurará en sus próximos recibos de sueldo. Dos ministros y dos funcionarios consultados por LA NACION respondieron: "No tenemos la menor idea".
De la lectura de la reglamentación dictada ayer se desprende que los ministros y secretarios de Estado deberían retornar a los haberes que percibían en esos cargos durante la administración radical (donde ya hubo un recorte del 43 por ciento). Un miembro del gabinete cobraba aproximadamente 5000 pesos.
Nuevo decreto
En la Casa Rosada reconocen que la derogación del tope salarial a funcionarios públicos es impopular y difícil de explicar a una sociedad sensibilizada por el histórico derroche de los recursos públicos. Pero la defienden porque creen que causó más perjuicios que beneficios.
En primer lugar, quienes conocen las cuentas del Estado nacional aseguran que esta restricción permitió un ahorro mínimo en los gastos globales. De todas formas, los números que abonarían esta teoría nunca fueron entregados a LA NACION, pese a haber sido prometidos por un importante funcionario.
Además, varios ministros se quejaron por el impacto negativo que produjo en algunas estructuras del Estado, como la AFIP, el Banco Central y el cuerpo diplomático.
"Era muy difícil la situación de los consejeros en el exterior -aseguró a LA NACION un asesor del canciller Carlos Ruckauf-. En China, por ejemplo, era imposible mantenerse con ese sueldo porque el alquiler de una casa supera los 2400 dólares."
Inconvenientes
La nivelación hacia abajo de los salarios también trajo complicaciones en el escalafón de las Fuerzas Armadas, puesto que algunos tenientes generales del Ejército terminaron cobrando igual que un coronel.
Ayer, en el Ministerio de Defensa despotricaban contra el tope salarial, que fue calificado de "demagógico" por altas fuentes de esa dependencia.
"Sobre un total de 3500 millones de pesos del presupuesto militar, esta medida permite sólo un ahorro de 4 millones de pesos. No tiene sentido", ejemplificaron.
Pese a que el Gobierno intenta no dar ningún paso en falso que altere el ya nervioso ánimo popular, esta vez admiten que pudieron haberse equivocado.
"Deberíamos haber firmado los dos decretos simultáneamente para que no haya suspicacias... pero no estamos defendiendo nuestros salarios", aseguraron en el entorno presidencial, donde muchos dicen que los tomó por sorpresa la eliminación del tope salarial.