BOGOTA.- La senadora Martha Catalina Daniels fue asesinada junto con otras dos personas en una zona rural al noroeste de Bogotá, informaron hoy fuentes oficiales, que señalaron desconocer a los autores y móviles del hecho.
Los tres cadáveres fueron hallados con dos tiros de gracia en la cabeza y señales de tortura en el municipio de Zipacón, a 60 kilómetros al noroccidente de Bogotá, informó el fiscal general Luis Camilo Osorio.
Los cuerpos fueron encontrados en el fondo de un barranco de 50 metros por campesinos el sábado tarde y llevados a la morgue del municipio vecino de Facatativá en donde esta madrugada fueron identificados.
Daniels, polémica congresista del opositor Partido Liberal, murió con su chofer Carlos Lozano y Ana María Medina, esposa de Mauricio Rodríguez Anzola, un político provinciano que al parecer está secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La senadora Daniels y sus dos acompañantes salieron de su residencia en Bogotá el sábado a las cinco de la mañana, sin escoltas, pues ella los había convocado para las ocho de la mañana, según explicó el presidente del Congreso Carlos García Orjuela, quien agregó que fue informado a primera hora por las autoridades del asesinato de su colega.
Aparentemente, la parlamentaria se dirigía a realizar una gestión de tipo humanitario, ya que tramitaba la liberación de una persona secuestrada por guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Me sorprende que no haya utilizado sus escoltas", dijo García.
Con Martha Catalina Daniels se eleva a seis el número de congresistas colombianos que han sido asesinados en el actual cuatrienio parlamentario, que comenzó el 20 de julio de 1998.
El ex ministro del Interior Horacio Serpa, líder del partido al que pertenecía la congresista y aspirante a la Presidencia por la misma formación, declaró a la radio bogotana "RCN" que el crimen demuestra una vez más que en el país no existen garantías para el ejercicio de la actividad política.
"Es una afrenta contra el Congreso", agregó Serpa, que en las elecciones de hace cuatro años fue derrotado por el actual Mandatario, Andrés Pastrana.
El candidato presidencial insistió en que "no hay garantías, no hay condiciones para las elecciones" que se celebrarán el próximo domingo.
La senadora Daniels no estaba buscando su reelección, después de 12 años en el Congreso en donde fue centro de polémicos debates. Estaba casada con Hernando Rodríguez, que está siendo juzgado por uno de los mayores desfalcos que ha sufrido el erario colombiano en la liquidación de la Empresa Puertos de Colombia.
"Pero no pido que las elecciones sean aplazadas, lo que pido es que se puedan cumplir en un ambiente de respeto, de libertad", agregó Serpa, que según las más recientes encuestas está en el segundo lugar de las preferencias del electorado, después del ex gobernador Alvaro Uribe, liberal disidente y con un discurso derechista.
En la actualidad, cinco congresistas están en poder de las FARC, la primera guerrilla en importancia del país y con la que Pastrana rompió el pasado 20 de febrero el proceso de paz que las partes mantenían desde enero de 1999.
Asimismo, las FARC tienen cautiva a la candidata presidencial independiente Ingrid Betancourt, que el grupo rebelde tomó como rehén el 23 de febrero último en una carretera que conduce a San Vicente del Caguán, población que fue el eje de la antigua zona de distensión del sur, a la que ella se dirigía.
Autoridades políticas y religiosas rechazan atentado
El Gobierno colombiano, los líderes políticos y los obispos católicos calificaron como un atentado contra la democracia y un duro golpe para las elecciones legislativas del próximo 10 de marzo, el asesinato de la senadora Daniels.
"Estamos atentos a ver de qué manera fortalecemos la seguridad de los candidatos. El compromiso del Gobierno con las elecciones es irrenunciable. Nosotros tenemos que hacer cumplir la Constitución, que ordena que los colombianos vamos el próximo domingo a las urnas", afirmó el ministro del Interior, Armando Estrada.
El funcionario insistió en que el hecho no guarda ninguna relación con la actual campaña proselitista, al confirmar que Daniels fue asesinada cuando desarrollaba labores de tipo personal.
Por su parte, el ministro del Trabajo, Angelino Garzón, manifestó su profundo rechazo al hecho "que supone un atentado contra la democracia y el Parlamento".
El funcionario señaló que el Gobierno desconoce de inmediato los móviles y autores del hecho, pero que la Fiscalía y las agencias policiales desarrollan operaciones para tratar de esclarecerlo.
"En todo caso llamamos a los violentos a cesar esta ola de ataques contra los dirigentes políticos y la sociedad civil, y a permitir que las elecciones del 10 de marzo y las presidenciales (del próximo 26 de mayo) transcurran con normalidad", enfatizó Garzón.
A su vez, el candidato presidencial de izquierda Luis Eduardo Garzón, coincidió en que el asesinato de Daniels indica que no hay garantías de seguridad para llevar cabo la liza electoral.
"Creo que desde el exterior miran a los colombianos como unos irracionales absolutos, que se han acostumbrado a vivir con la violencia nuestra de cada día", se lamentó Garzón.
Por su parte, el jefe del oficialista partido Conservador, el senador Carlos Holguín, rechazó el crimen y denunció que está en marcha "una macabra campaña por parte de los violentos para intimidar a los legisladores de Colombia".
El también senador Rodrigo Rivera (liberal) advirtió que el asesinato de Daniels "subraya la existencia de una actitud sistemática por convertir a los miembros del Congreso en blanco de acciones terroristas, lo cual es extremadamente grave para la democracia", mientras que el legislador José Luis Mendoza opinó que "Colombia está en un proceso de descomposición insostenible".
En tanto, el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana y arzobispo de Medellín (noroeste), monseñor Alberto Giraldo, rechazó el crimen y se dijo "muy confundido y perplejo" por la ola de violencia que afecta al país.