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Fidel Castro abandonó Cumbre de Monterrey

El Presidente cubano argumentó que se vio obligado a regresar de inmediato a su país, debido a "una situación especial" creada por su presencia en el encuentro.

21 de Marzo de 2002 | 16:48 | EFE
MONTERREY, México.- El Presidente de Cuba, Fidel Castro, abandonó repentinamente la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, que se celebra en Monterrey, "debido a una situación especial", según comentó él mismo.

Castro se marchó inmediatamente después de su intervención ante el pleno de la Conferencia, sin esperar a escuchar la del Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ni los discursos de la mayor parte de los delegados de los 180 países reunidos en Monterrey.

"Les ruego a todos me excusen que no pueda continuar acompañándolos debido a una situación especial creada por mi presencia en esta Cumbre y me vea obligado a regresar de inmediato a mi país", dijo Castro al pleno de la Conferencia.

"Al frente de la delegación de Cuba queda el compañero Ricardo Alarcón Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, incansable batallador en la defensa de los derechos del Tercer Mundo", agregó.

El líder cubano, que no reveló los motivos de su inesperada marcha, afirmó que espero que no se le prohíba participar en ninguna actividad oficial a la que tiene derecho como jefe de la delegación cubana y como presidente del órgano supremo del poder del Estado en Cuba".

Minutos antes, Castro había intervenido ante los jefes de Estado y de Gobierno con un discurso muy breve que inició así: "Lo que aquí diga no será compartido por todos, pero diré lo que pienso y lo haré con respeto".

"El actual orden económico mundial constituye un sistema de saqueo y explotación como no ha existido jamás en la Historia. Los pueblos creen cada vez menos en declaraciones y promesas. El prestigio de las instituciones financieras internacionales está por debajo de cero", declaró.

El líder cubano comparó la economía del planeta con un "gigantesco casino" y destacó que "por cada dólar que se emplea en el comercio mundial, más de cien se emplean en operaciones especulativas que nada tienen que ver con la economía real".

"Este orden económico ha conducido al subdesarrollo al 75 por ciento de la población mundial", aseguró Fidel Castro, antes de recordar que la extrema pobreza alcanza ya la cifra de 1.200 millones de personas, por lo que afirmó que "el abismo crece, no se reduce".

Otro de los datos facilitados por Castro fue el de que "la diferencia en los ingresos de los países ricos y los pobres, que era de 37 veces en 1960, es hoy de 74 veces".

"Se ha llegado a extremos tales, que las tres personas más ricas del mundo poseen activos equivalentes al Producto Interior Bruto combinado de los 48 países más pobres", prosiguió.

Continuó con una retahíla de datos acerca de los miles de millones de personas que pasan hambre en el mundo, y no tienen acceso a medicinas, agua potable ni vivienda.

"¡Un verdadero genocidio!", exclamó Castro, para exigir que "no se culpe de esta tragedia a los países pobres", pues ellos fueron las víctimas del colonialismo, la esclavitud y el imperialismo moderno.

"La responsabilidad principal de financiar su desarrollo corresponde a los Estados que hoy, por obvias razones históricas, disfrutan los beneficios de aquellas atrocidades", señaló.

Por ello, pidió que "el mundo rico condone la deuda externa y conceda nuevos préstamos blandos para financiar al desarrollo" y abogó por la creación del llamado "impuesto Tobin" necesario "para parar el torrente incontenible" de la especulación financiera.

"El proyecto de consenso que se nos impone por los amos del mundo en esta conferencia, es el de que nos resignemos con una limosna humillante, condicionada e injerencista", aseguró.

Castro concluyó con una petición de que se diga ya "adiós a las armas" y con el lema "un mundo mejor es posible".