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Juan Pablo II presidió oficios de Viernes Santo

El Papa pidió a Dios para que cese la violencia en Tierra Santa e imploró para que bendiga las iniciativas de paz para el Medio Oriente y todo el resto del mundo.

29 de Marzo de 2002 | 13:43 | EFE
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II presidió esta tarde en la Basílica de San Pedro del Vaticano, la Pasión del Señor, durante la cual se pidió a Dios para que cese la violencia en Tierra Santa y se imploró para que bendiga las iniciativas de paz para el Medio Oriente y todo el resto del mundo.

La Liturgia del Viernes Santo es la única del año en la que no hay consagración, pero sí comunión. Durante la misma se leyeron todos los pasos del Evangelio, que van desde el arresto de Jesús hasta su muerte crucificado y su entierro en el Sepulcro.

Juan Pablo II no pronunció homilía y, como los varios miles de personas que llenaron la basílica vaticana, pidió por la paz en el mundo, especialmente por la martirizada Tierra Santa, y escuchó la narración que hizo el predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa.

El Sumo Pontífice llegó a la basílica en la peana móvil que usa para desplazarse por el templo. Parte de la ceremonia la escuchó de pie y en algunos momentos se le vieron gestos de dolor, posiblemente causados por la artrosis en la rodilla derecha.

"Te pedimos por el pueblo palestino y el pueblo de Israel. Que cese la violencia en la ciudad mojada por tu sangre. Bendice las iniciativas actuales para devolver la paz a tu tierra (Medio Oriente) y a todo el resto del mundo", dijo Cantalamessa durante su predicación.

El religioso franciscano recordó el mandato de Jesús de ir por todo el mundo a predicar el Evangelio y subrayó que sin embargo han pasado más de veinte siglos desde la llegada de Cristo y que todavía una gran parte de la humanidad no conoce a Jesús.

Cantalamessa se refirió también al pluralismo religioso, afirmando que no consiste en considerar todas las religiones "igualmente verdaderas", sino reconocer a todas "el derecho de considerar verdadera la propia religión y de difundirla, con medios pacíficos, dignos de las religiones. Con dulzura y respeto".

Durante las plegarias, realizadas en diferentes idiomas, entre ellos español y árabe, se pidió por los gobernantes, la unidad de los cristianos, los no cristianos y los que no creen en Dios.

"Ayuda con tu sabiduría a los que nos gobiernan, para que con tu ayuda promuevan sobre toda la tierra una paz duradera, el progreso social y la libertad religiosa", se afirmó en una plegaria.

También se pidió a Dios que libere al mundo de cualquier desorden, aleje las enfermedades, acabe con el hambre, haga libre a los prisioneros, haya justicia para los oprimidos, y conceda seguridad a quien viaje y salud para los enfermos.

Además, también se pidió por los catecúmenos y el pueblo hebreo.

Una cruz cubierta con una tela roja, colocada en el altar mayor de la Basílica de San Pedro, presidió la solemne ceremonia.

Esta noche, Juan Pablo II acudirá al Coliseo de Roma para presidir el tradicional Vía Crucis.