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Británicos recuerdan los 90 años del hundimiento del "Titanic"

Millvina Dean, una de las cuatro sobrevivientes de una de las catástrofes más importantes que la historia marítima haya conocido, inauguró hoy una placa recordatoria en el puerto de Southampton, en el marco de las ceremonias que desde hace una semana se realizan en Gran Bretaña para recordar el accidente.

15 de Abril de 2002 | 11:51 | AFP
El Titanic era el barco más grande de sus tiempos, rápido y elegante, con un lujo que dejaba boquiabiertos a los pasajeros, y dotado con la tecnología más avanzada. LONDRES.- Hace 90 años, en una noche glacial, el "Titanic", el barco más espléndido de su época, se posaba en el fondo del Atlántico Norte, luego de chocar con un iceberg durante su viaje inaugural.

Desde hace una semana se realizan ceremonias en Gran Bretaña para recordar los noventa años del naufragio del buque que partió del puerto de Southampton, al sur de Inglaterra en un viaje inconcluso al nuevo mundo.

El naufragio fue una de las catástrofes más importantes que la historia marítima haya conocido, y continúa suscitando una mezcla de fascinación y horror.

Más de 1.500 personas murieron en la tragedia del buque en medio del océano. Sus constructores, muy seguros de la superioridad del barco, creyeron que no era necesario equiparlo con suficientes botes salvavidas. Sólo 705 personas sobrevivieron.

"Era el fin de la edad de oro, algo que nadie podía prever. El espanto que este naufragio provocó sólo puede compararse con la muerte de la princesa Diana (en 1997). La gente quedó anonadada", declaró a la AFP Peter Boyd-Smith, de la sociedad Titanic.

"Dos años más tarde comenzó la Primera Guerra Mundial, que hizo olvidar la catástrofe", agregó.

Millvina Dean, la última sobreviviente de la tragedia, posa detrás de un modelo del Titanic, durante la apertura de una exhibición en el Museo Marítimo en Southampton, Gran Bretaña. Millvina Dean, de 90 años de edad, una de las cuatro sobrevivientes del "Titanic", que no tiene ningún recuerdo del acontecimiento histórico del que fue protagonista, puesto que era entonces un bebé de pocos meses, inauguró este lunes una placa recordatoria en el puerto de Southampton, en donde la semana pasada auspició la apertura de una exposición sobre el "Titanic".

Manifestaciones de conmemoración, en especial un gran baile con vestimenta de época, tuvo lugar en Belfast, donde fue construido el barco.

Nada era lo suficientemente bello para el "Titanic": el barco más grande de sus tiempos, rápido y elegante, con un lujo que dejaba boquiabiertos a los pasajeros, y dotado con la tecnología más avanzada.

El 10 de abril de 1912 zarpó del puerto de Southampton, para hacer escala en Cherbourg (Francia) y luego en Queenstown (hoy Cobh, en Irlanda), antes de poner las máquinas a todo vapor y dirigirse a Nueva York atravesando el Atlántico.

Tarde en la noche del 14 de abril, el puesto del vigía percibe un iceberg en la trayectoria del barco. Los oficiales maniobran para evitar el obstáculo, pero es muy tarde.

El iceberg, en parte sumergido, desgarra el casco tan delicadamente que la mayoría de los pasajeros se despertaron por el ruido, casi imperceptible.

Algunos de los restos del Titanic que han sido rescatados desde las profundidades del Atlántico Norte. El "Titanic" se mantuvo a flote durante dos horas y 40 minutos. Pero pocos pasajeros pudieron sobrevivir, principalmente a causa de los pocos botes salvavidas: 20 para un total de 2.200 pasajeros y miembros de la tripulación.

Peor aún, algunos de los botes no fueron utilizados aprovechando toda su capacidad porque varios pasajeros no querían creer que el navío naufragaba realmente.

Los sobrevivientes informaron sobre numerosos actos de heroísmo: la mayoría de los hombres dejó que las mujeres y los niños se subieran primero a los botes salvavidas, mientras que los músicos de la orquesta seguían tocando.

Finalmente, el enorme navío se inclinó y desapareció en lo más profundo del océano.

Ruth Becker, que tenía 12 años, relató en un libro publicado en 1977 que había escuchado cuando estaba sobre un bote salvavidas no muy lejos del naufragio, "el ruido más horrendo que un ser humano haya oído jamás: el grito desesperado de centenares de personas desdibujándose en agua helada, pidiendo ayuda, a los gritos, sin saber que no encontrarían respuesta".

Uno de los botes salvavidas volvió para ayudar a los náufragos. Cuatro fueron rescatados vivos del agua glacial. Pero los otros botes no volvieron temiendo que el peso los hundiera.

La investigación oficial estimó que la velocidad fue en especial la causa de la tragedia, los constructores y los oficiales querían que la travesía fuera la más rápida de la historia y no tomaron en cuenta seriamente la presencia de los iceberg.

La vanidad humana parece ser la causa de la catástrofe: confiados en el avance técnico que representaba el barco, los constructores no imaginaron siquiera que pudiese naufragar.