MIAMI.- Un confeso agresor sexual de menores sorprendió hoy a un veterano juez de distrito en Miami, Estados Unidos, al solicitar que lo castren en un quirófano para evitar la reclusión perpetua.
La petición de Ricardo José García, de 37 años, un ex maestro de escuelas públicas de Miami -que admitió haber abusado en abril pasado de un niño de 11 años- levantó de inmediato un intenso debate legal y moral, por tratarse del primer caso de ese tipo en el estado.
El juez a cargo de la causa, Roberto Piñeiro, prolongó hasta el 30 de mayo su decisión para analizar el inusual pedido del acusado que no está respaldado por el abogado defensor.
Los investigadores médicos citados por la fiscalía sostienen que aunque la castración física ha demostrado ser muy efectiva en la reducción de la líbido masculina, no puede ser considerada como una solución práctica para el problema de pedófilos reincidentes.
"No hay razón para creer que la castración es una garantía para que un hombre deje de agredir sexualmente a niños", aseguró el doctor Fred Berlin, fundador de la Clínica de Desórdenes Sexuales del Hospital John Hopkins en Baltimore.
El imputado no tiene antecedentes criminales y permanece bajo arresto domiciliario, luego de pagar una fianza de 75.000 dólares.
La madre del menor injuriado aseguró que sólo aspira a que el abusador cumpla dos o tres años de prisión, pero la fiscalía pidió una condena a cadena perpetua por considerar que García representa un peligro para otros niños en el país.
El ex docente reconoció que se dejó llevar por un impulso cuando, tras haber sido encargado de cuidar a un grupo de niños, bajó los pantalones de uno de ellos para molestarlo sexualmente.
A diferencia de otros estados norteamericanos, en Florida los autores de delitos sexuales no tienen la opción de recibir el tratamiento de "castración química" a cambio de una reducción de penas.
