SOFIA.- El Papa Juan Pablo II eximió el viernes a Bulgaria de cualquier vínculo con el intento de asesinarlo en 1981, eliminando años de especulación de que el estado balcánico estuvo vinculado con el atacante turco Mehmet Ali Agca en una conspiración comunista.
La declaraciones del Papa tras una reunión con el presidente Georgi Parvanov en el segundo día de su viaje al estado ex comunista sonaron como música en los oídos de los búlgaros, quienes durante mucho tiempo sintieron que eran injustamente acusados de conspirar para matar al pontífice de origen polaco.
"Ahora puedo decir que el Santo Padre en la reunión con el presidente expresó su opinión sobre el tema. El dijo literalmente ’Nunca creí en la llamada conexión búlgara"’, dijo a la prensa el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls.
Agca, quien le disparó al Papa en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, presuntamente lo hizo por encargo del servicio secreto búlgaro, bajo las órdenes de la KGB soviética, que temía que el pontífice alentaría una revuelta anticomunista.
Tres turcos y tres búlgaros acusados de conspirar con Agca fueron absueltos por un tribunal italiano por falta de evidencia. Pero el vínculo búlgaro nunca fue definitivamente rechazado y aún entretiene a los teóricos de conspiraciones.
El Papa, ahora con 82 años, estuvo a punto de morir en el atentado, que fue el inicio de un lento deterioro en su salud. Ahora está visiblemente frágil, sufre de la enfermedad de Parkinson que restringe su movilidad, le dificulta el habla y hace que una mano le tiemble incontrolablemente.
Las palabras del Papa despejaron el ambiente antes de que le rindiera homenaje a la cultura ortodoxa de 1.100 años en Bulgaria, en el día festivo de San Cirilo y San Metodio, traductores de escrituras del siglo IX y padres del alfabeto cirílico que aún usan muchos eslavos.
Ambos son considerados los santos patrones de Bulgaria por su papel en convertir a la población al cristianismo.
Grandes divisiones
El Papa ha repetido su llamado a que se eliminen las dos grandes divisiones del cristianismo, retomando una esperanza que ha expresado con creciente fervor desde su viaje a Rumania --el primero a un país ortodoxo-- en 1999.
La Iglesia se dividió en los ritos oriental y occidental en 1054.
Líderes cristianos ortodoxos búlgaros le han dado una bienvenida cordial pero no efusiva al Papa, reflejando las suspicacias que el rito oriental de la cristiandad siente hacia el Catolicismo romano, que algunos dicen está haciendo proselitismo entre sus fieles.
Alrededor del 80 por ciento de los ocho millones de habitantes de Bulgaria son ortodoxos y sólo 80.000 son católicos.
El domingo, el último día de un gira de cinco por dos países, que comenzó en Azerbaiyán, el Papa viajará al corazón de la comunidad católica, ubicada alrededor de la central ciudad de Plovdiv. La misa que oficiará allí será el momento final de su viaje oficial número 96 al extranjero.
Los organizadores esperan una multitud mayor en Plovdiv que en Sofía. Severas advertencias sobre seguridad han desestimulado a los búlgaros, que han preferido dejar la ciudad el fin de semana en vez de saludar al Papa.
El viernes el pontífice lucía razonablemente alerta cuando se reunión con Parvanov, recorrió la catedral de St. Alexander Nevsky, la mayor iglesia de Bulgaria, y depositó un ofrenda floral en el monumento a los santos Cirilo y Metodio.
Después el Papa se reunirá con el Patriarca Maxim, jefe de la Iglesia Ortodoxa, líderes de cerca de un millón búlgaros musulmanes y representantes de la pequeña comunidad judía del país, de entre 7.000 y 8.000 miembros.
El Papa ha elogiado a Bulgaria por su tolerancia religiosa, sus esfuerzos para salvar judíos del Holocausto nazi durante la Segunda Guerra Mundial y por su fortaleza durante la difícil transición económica, de planificación central a economía de mercado.
Bulgaria aún es muy pobre casi 13 años después de la caída del comunismo, con un salario promedio de menos de 150 dólares mensuales. El Papa ha respaldado el intento de Sofía de entrar en la Unión Europea, diciendo que Bulgaria podría ser un puente conectando Oriente y Occidente.