JERUSALEN.- El Ejército de Israel ocupó hoy domingo la ciudad cisjordana de Kalkilia, volvió a entrar en la de Tulkarem -donde ocasionó un muerto- y se retiró de Belén, mientras que el ministro de Defensa israelí, Benjamín Ben Eliezer, anunció nuevas incursiones en los territorios palestinos los próximos días. "Israel entrará en los territorios palestinos en los próximos días en respuesta a la ola de terrorismo que se intensifica", dijo Ben Eliezer.
En la reunión de Gobierno celebrada esta mañana, el también líder del Partido Laborista, refirió que los servicios de seguridad estudian una respuesta para frenar el lanzamiento de proyectiles por milicianos palestinos desde la franja de Gaza.
"Tenemos -dijo- un promedio de uno a dos atentados suicidas por día. En la mayoría de los casos logramos abortarlos o detenemos a los terroristas, pero algunos de ellos logran filtrarse".
Parte de los atentados perpetrados, añadió, son obra del movimiento Al Fatah, que preside el líder palestino, Yaser Arafat.
A su vez, el comandante en jefe del Ejército israelí, Saúl Mofaz, afirmó que el Ejército no tiene intención de quedarse en las ciudades palestinas "mucho tiempo" y que penetra en ellas "para evitar, en lo posible, que se cometan atentados".
"La capacidad hoy día de los terroristas de perpetrar atentados -dijo Mofaz- es menor que antes de la 'Operación muro de defensa'", es decir, la invasión masiva de Cisjordania por el Ejército, "pero todavía quedan núcleos de terroristas que pueden llevarlos a cabo".
La viceministra de Seguridad israelí, Dalia Rabin-Pilosof, corroboró previamente las palabras del ministro y del comandante, y añadió que otros "nidos del terror que vuelven a ser activos" lo constituyen Jenín y la ciudad cisjordana de Naplusa, que sufrieron duramente la ocupación militar del pasado mes de abril.
A fin de asegurarse de que no quede ni un sólo activista en los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), las llamadas "zonas A", las Fuerzas Armadas de Israel entraron esta mañana en la ciudad cisjordana de Kalkilia y en el cruce de Karni -en la franja de Gaza-, y regresaron a la Tulkarem, donde operaron el fin de semana.
Las tropas israelíes proceden a registros casa por casa en Kalkilia, mientras sus habitantes son instados a permanecer en sus viviendas a través de altavoces, informaron fuentes palestinas.
El Ejército israelí ha impuesto "el toque de queda en la ciudad y nuestras fuerzas están llevando a cabo una inspección para evitar que los terroristas abandonen la ciudad", anunció un comunicado militar.
En la franja de Gaza las tropas penetraron en el cruce de Karni y revisaron las oficinas de la ANP, dijeron fuentes palestinas.
En Tulkarem, cercada y ocupada desde hace dos días con, al menos, ocho palestinos y dos soldados israelíes heridos, las tropas volvieron a entrar esta mañana tras haber detenido a unos 40 hombres durante el fin de semana.
Un palestino de 50 años murió hoy cuando estaba sentado en su casa por disparos de las tropas israelíes que avanzaban hacia un área residencial.
Tanques, blindados y tropas volvieron a ocupar anoche la ciudad bíblica de Belén, que permanecía cercada al igual que todas las ciudades cisjordanas, desde que el Ejército se retirara de su interior el pasado 10 de mayo en que acabó la "crisis de la Natividad".
Luego, esta mañana las tropas se retiraron de Belén tras intercambios de disparos y lanzamiento de proyectiles por helicópteros, aunque no se han registrado víctimas.
Durante la incursión, vehículos blindados rodearon la casa del un líder grupo islámico Yihad Islámica, Mohamed Shehada, y después de que su familia y sus seis hijos salieran, destruyeron la vivienda, dijeron fuentes palestinas.
La ocupación nocturna no ha impedido que 105 niños palestinos católicos recibieran la Primera Comunión en la Iglesia de Santa Catalina, dirigida por frailes franciscanos y situada en el recinto de la Basílica de la Natividad.
Las ciudades cisjordanas de Kalkilia, Belén y Tulkarem, bajo control de la ANP, fueron invadidas durante la "Operación muro de defensa", que -según observadores políticos- puede darse por renovada aunque en este caso, las incursiones militares no se realicen de forma masiva, sino una tras otra.