BOGOTA.- El Presidente electo de Colombia, Álvaro Uribe, contaría con un reducido margen de maniobra para financiar su estrategia para paliar el conflicto interno por el declive de la economía, lo que lo obligaría a buscar más fondos en los mercados internacionales, dijeron varios analistas.
Uribe, quien asumirá el 7 de agosto, planea aumentar hasta el 2006 el gasto militar en 1.000 millones de dólares por año, respecto de su actual nivel de 3.100 millones, para enfrentar el sangriento conflicto interno que agobia a este país sudamericano desde hace 38 años.
Asesores del mandatario electo también han planteado gastar 2.700 millones de dólares en programas sociales con el apoyo de las agencias multilaterales a lo largo de sus cuatro años de gestión.
Los recursos para financiar la costosa campaña, con la que se espera restaurar la capacidad operativa de las fuerzas armadas, provendrían en gran parte de la banca multilateral y de una reforma tributaria que crearía nuevos impuestos y castigaría la evasión fiscal.
Sin embargo, analistas consultados por Reuters coincidieron en que el plan de Uribe se verá afectado por el modesto 1,5 por ciento que crecería Colombia este año, por el conflicto interno y las turbulencias provocadas por la crisis financiera argentina, y la desconfianza que ronda a Brasil por su proceso electoral.
Agregaron que, en un ambiente de bajo crecimiento, deuda creciente y conflicto interno, la creación o aumento de impuestos podría empujar a Colombia a una recesión, similar a la que azotó a la economía en 1999, con una contracción de 4,3 por ciento.
En ese sentido los expertos creen que emisiones de bonos en el exterior mayores que las hasta ahora planificadas podrían ser una opción para que Uribe cumpla con sus promesas de campaña.
Inversores atentos
Pero cualquier operación en este sentido requerirá el visto bueno de los inversores, quienes estarán atentos a las medidas que adopte Uribe en el campo fiscal y en el manejo de la abultada deuda bruta pública, que concentraba un 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a marzo del 2002.
"Uribe tendrá que mostrar un programa fiscal creíble o una vía para encaminar impuestos para en el futuro vender más bonos. Hay todavía un espacio para emitir bonos, pero no tanto como tres años atrás. Los inversores serán más cautelosos", dijo el analista de ABN-Amro, Carlos Janada en Nueva York.
Confiando que conseguirá el apoyo de los multilaterales, Colombia contempla emitir en los mercados internacionales bonos por entre 1.800 y 2.000 millones de dólares en el 2003, desde 2.200 millones en el 2002.
La calificadora Moody’s revisó en marzo el panorama de crédito de Colombia a "negativo" desde "estable" argumentando posibles problemas en el manejo de su deuda, lo que podría traducirse en una nueva degradación de las calificaciones y un consecuente aumento de los costos de cualquier nueva emisión.
Uribe, dentro de sus esfuerzos para evitar el descarrilamiento de la economía, ha demostrado su voluntad de renovar el acuerdo de facilidades extendidas por 2.700 millones de dólares que Colombia suscribió con el FMI en 1999 y concluye en diciembre.
Pero los analistas dijeron que Uribe deberá renegociar primero la meta para este año de déficit fiscal consolidado de 2,6 por ciento del PIB y colocarla más o menos en un 3,0 por ciento, por los menores recaudos tributarios esperados y que se calculan en unos 400 millones de dólares.
No obstante, la gestión de Uribe en el campo fiscal no empezará de cero, dado que el actual gobierno de Andrés Pastrana dejó avanzados en el Congreso cruciales proyectos fiscales pactados con el FMI, incluidas reformas al régimen pensional y de recorte del tamaño del Estado.
Compromiso de ayuda de EE.UU.
El analista de la firma Bear Stearns, José Cerritelli, expresó que el FMI aceptaría una modificación de la meta del déficit, pero que exigirá cambios en el sistema impositivo que apuntalen el sector fiscal del país.
Uribe espera los resultados de una comisión de expertos, que aconsejará al mandatario en las soluciones para combatir la elevada evasión fiscal, desmontar exenciones impositivas y mejorar el recaudo actual, que con unos 10.000 millones de dólares al año no alcanza siquiera a pagar la burocracia.
El actual gobierno de Colombia aplazó la semana pasada la realización de inversiones por unos 2,26 billones de pesos (unos 940 millones de dólares) para equilibrar la situación fiscal. Pero el lunes liberó casi un 10 por ciento de este monto para proyectos sociales y de infraestructura.
La realización del resto de inversiones la definiría Uribe una vez que asuma el gobierno. Una misión de supervisión del FMI analiza en Bogotá desde el martes las cifras fiscales.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo recientemente que apoyará a Colombia en los diálogos que mantenga con las agencias multilaterales en la búsqueda de recursos frescos para luchar contra la pobreza que afecta al 60 por ciento de sus cerca de 43 millones de habitantes.
Colombia ha recibido asistencia de Washington por más de 1.000 millones de dólares en los últimos años para combatir el narcotráfico que financia las actividades de los grupos de guerrilleros izquierdistas y paramilitares de ultraderecha.
Uribe, un ex gobernador departamental con formación universitaria en Estados Unidos e Inglaterra, ha generado enormes expectativas en torno a la posibilidad de que ponga fin a la guerra interna de Colombia.
Pastrana, suspendió en este año los procesos de diálogos que sostenía por separado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) argumentando que no existía voluntad para negociar un cese al fuego dentro del conflicto más antiguo del hemisferio.
