BOGOTA.- El Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ofreció este jueves protección a los alcaldes del conflictivo departamento de Caquetá (sur) que han sido amenazados de muerte por las FARC y llamó a sus compatriotas a unirse a las fuerzas de la ley para neutralizar a los grupos armados ilegales.
"Vamos a dar protección a los alcaldes y a todos los colombianos, pero necesitamos la solidaridad de la ciudadanía", dijo el jefe de Estado hablando con funcionarios municipales en la ciudad de Florencia (700 km al sur de Bogotá), la capital de Caquetá.
Uribe -quien asumió el poder el miércoles en medio de una sangrienta campaña dinamitera en Bogotá, atribuida por las autoridades a las FARC- visitó Florencia rodeado de un nutrido esquema de seguridad para lanzar su programa de reforma educativa, la cual busca crear 1.500.000 cupos escolares en todo el país.
Antes de la declaración del jefe de Estado, el alcalde del municipio caqueteño de El Doncello, Omar Barón, presente en Florencia, dijo a Uribe que los funcionarios municipales intimidados por los rebeldes, especialmente en Caquetá, necesitan protección urgente.
Las FARC (17.000 combatientes) mantienen desde comienzos de junio pasado una campaña de amenazas contra los alcaldes, concejales y otras autoridades municipales del país, a quienes exigen dimitir so pena de matarlos o secuestrarlos.
A raíz de esas intimidaciones han renunciado unos 120 alcaldes, según fuentes oficiales, y 220, de acuerdo con informes de prensa, mientras que unos 6.400 concejales también se hallan en la mira de los rebeldes.
Las autoridades admiten que no hay fuerza pública en 200 de los 1.098 municipios colombianos.
En el selvático Caquetá operan nutridos comandos de las FARC y de los paramilitares de extrema derecha, enemigos acérrimos de la insurgencia.
Un municipio de ese departamento, San Vicente del Caguán, sirvió como escenario a los frustrados diálogos de paz que el gobierno del ex presidente Andrés Pastrana y la guerrilla sostuvieron entre enero de 1999 y el 20 de febrero último, cuando el entonces mandatario rompió las conversaciones alegando que los rebeldes son terroristas y carecen de voluntad de reconciliación.
Pastrana denunció hace un mes que las FARC planeaban matarlo con explosivos durante una visita que efectuó en esa ocasión a Florencia.