JERUSALÉN.- El ministro israelí de Defensa, Shaul Mofaz, responsabilizó hoy a Siria de la escalada de la violencia en la frontera norte de Israel, después de que ayer un soldado israelí muriera y otro resultara herido en esa zona por la artillería de la milicia libanesa Hezbolá.
Mofaz respondía así al último ataque del grupo chiíta libanés, después de que concluyera una reunión especial con los jefes de los servicios de seguridad israelíes a fin de debatir la respuesta a la agresión de Hezbolá.
El sargento Jan Rotzanski, de 21 años y de la ciudad de Hertzlía, se encontraba en una excavadora militar cuando fue alcanzado por un misil antitanque lanzado por la guerrilla integrista y que acabó con su vida.
En el suceso resultó herido de consideración un segundo soldado, cuya identidad no ha sido facilitada por el Ejército.
Ambos militares se encontraban "limpiando" una zona próxima a la frontera libanesa de explosivos colocados por Hizbola -hace semanas-, y que por razones meteorológicas no habían podido ser removidos.
Dore Gold, asesor del Primer Ministro, Ariel Sharon, dijo poco después del ataque, registrado a últimas horas de la tarde del lunes, que "ilustra la duplicidad del régimen sirio, que habla de paz al ’New York Times’ mientras que apoya el ataque de Hezbolá violando las resoluciones de la ONU".
El último soldado israelí muerto en la frontera con Líbano por disparos de Hezbolá se registró el pasado 6 de octubre en un enfrentamiento armado entre fuerzas israelíes y milicianos del grupo islámico.
Asimismo, el 9 de diciembre el Ejército israelí mató a dos personas en las inmediaciones de la frontera que, según el comandante de las fuerzas de la ONU en el sur de Líbano, eran dos civiles libaneses que portaban armas de caza en la zona del Wazani, a la altura de la meseta del Golán.
Israel ocupó el sur libanés durante 22 años, hasta que en mayo de 2000 se retiró de todos los territorios a excepción de una zona de unos 20 kilómetros cuadrados denominada Granjas de Cheba y que es un estratégico enclave reclamado por el Líbano.
Israel considera que las granjas forman parte del territorio sirio conquistado y su estatus debe decidirse en una eventual negociación de paz con Damasco.
