ROMA.- Una investigación de la revista mensual Riza Psicosomática llegó a la conclusión que los empleados son más infelices que las amas de casa, que los jubilados e incluso que los desocupados.
El mensual escribió que los ambientes tristes y deprimentes en los cuales se trabaja, junto a colegas o jefes hostiles o indiferentes, la pesadilla del tráfico, el sueldo que no alcanza, llevan a los dependientes a una suerte de depresión.
La revista, que entrevistó a casi 900 personas de una edad que va de los 18 a los 65 años, concluyó que seis italianos de cada diez se "enferman de infelicidad".
En el identikit del infeliz hay una leve mayoría femenina (56% de mujeres contra el 44% de hombres), de edades entre los 36 y 45 años (32%), un grado de instrucción alto o medio alto (60%), residente en las cercanías de las grandes ciudades (31%), con frecuencia sin hijos (76%).
Las profesiones más en riesgo son, según el estudio son: el empleado (27% del total), mucho más que el ama de casa o el jubilado (20%), pero también que el obrero (14%), desocupado (13%), comerciante (12%), profesional (apenas un 5%).
Pero, ¿por qué los empleados italianos se sienten tan infelices y están tan insatisfechos?.
Entre las primeras causas, explican los directos interesados, figuran las relaciones con el jefe y con los colegas (36%), con frecuencia bajo el signo de la formalidad o de la indiferencia; si a eso se agrega un sueldo regularmente insuficiente para llegar a fin de mes (35%) y un ambiente frío (31%), se tiene el cuadro del lugar principal de la infelicidad.
A eso, agregan los entrevistados, la obligación de tener que realizar diariamente un trabajo repetitivo y aburrido, de la ubicación periférica de las oficinas, lejos del centro y a las que es difícil llegar, de una comunicación que tiene lugar casi sólo a través de la computadora y del correo electrónico, todo incrementa la sensación de soledad.
¿Y cómo reacciona el empleado frustrado e infeliz?. Un italiano de cada tres (29%) elige el camino más cómodo, hace de todo para no pensar en eso y trata de dedicarse a otras cosas.
Muchos se consuelan pensando en las personas que tienen problemas más graves que los suyos, otros se refugian pensando en los hermosos momentos del pasado, y un 13% termina deprimiéndose.
Sólo un ocho por ciento de los entrevistados logra hablar de sus problemas con las personas más cercanas.
Por último, los expertos de Riza pidieron a los entrevistados que indicasen las cosas capaces de darles un poco de felicitad. En primer lugar los italianos pusieron a los hijos (62%), el amor (60%) y los amigos (53%).
Muchos esperan los viajes, otros indican como solución un trabajo mejor, y sólo un 33% encuentra en el dinero el camino para encontrar la felicidad.