El Príncipe Carlos y Camilla.
LONDRES.- El príncipe Carlos, heredero al trono británico, debería casarse con su compañera divorciada Camilla Parker Bowles, dijo el ex arzobispo de Canterbury, George Carey, en comentarios publicados el miércoles.
En declaraciones al diario The Times, el ex arzobispo dijo que la pareja tiene "una fuerte relación amorosa" y que era natural que contrajesen matrimonio.
"El es el heredero al trono y la ama", dijo Carey, que estuvo al frente de la Iglesia Anglicana de 1992 al 2001. "Lo más natural es que se casen".
Ese matrimonio sería controvertido, ya que Parker Bowles está divorciada y su ex esposo todavía vive. De asumir el trono británico, Carlos sería también el jefe supremo de la Iglesia Anglicana, y algunos sectores de esta Iglesia se oponen a que los divorciados vuelvan a casarse.
La jerarquía eclesiástica ha permanecido oficialmente neutral acerca de un posible matrimonio entre Parker Bowles y el príncipe, que se separó de la princesa Diana en 1992. Ambos se divorciaron en 1996, después de 15 años de matrimonio. La princesa murió al año siguiente en un accidente automovilístico.
La princesa culpó del divorcio a Parker Bowles y muchos británicos simpatizaron con su situación. "Este era un matrimonio de tres personas", dijo Diana en una entrevista televisada en 1995.
La Iglesia Anglicana permite a los divorciados volver a casarse a discreción de los sacerdotes.
"La posición de la Iglesia es que se trata de una situación pastoral, cubierta por la confidencialidad" que corresponde a los ministros o pastores eclesiásticos, dijo un vocero que no quiso ser identificado.
La oficina de Carlos ha insistido en que éste no tiene planes matrimoniales, pero el príncipe y Parker Bowles han hecho cada vez más pública su relación. Ella ha conocido a la reina Isabel II, asistió al sepelio de la reina madre Isabel en 2002 y ha sido fotografiada en público con el príncipe.
En un sondeo realizado el año pasado entre el público británico, un 42 por ciento de los encuestados respondió que la pareja debía casarse y un 36 por ciento se opuso a ese matrimonio.
